viernes, marzo 29, 2024

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NI ANALISTA, NI PERIODISTA

Definitivamente son vergonzosas las salidas en falso que hace Sergio Fajardo Valderrama por la Cadena Básica de Caracol. Su sobrades quedó reducida a la mínima expresión. No sabe y se atreve a responder cualquier juicio personal de lo más profundo de su ser que lo único que refleja es una mala improvisación. La improvisación no es hablar barrabasadas o de cosas que no se saben. Por el contrario, es hablar con conocimiento de causa de una manera desprevenida. Además, a la audiencia de Darío no le importa lo que diga Fajardo, quien es ahora otro ciudadano de pie que dentro de poco pasará desapercibido.

No se puede desaprovechar la celebración este sábado 9 de febrero del Día Clásico del Periodista. No se puede desaprovechar la oportunidad para expresar la pena ajena que generan las pobres y desgastadas apreciaciones del exfaraón de Medellín que se creyó el cuento de que la ciudad pasó del “Miedo a la Esperanza”, como si la reparación de la modalidad del sicariato fuera un cuento chimbo. La fuerza de Fajarkamón se ha perdido. El emir perdió su reino y ahora está cobrando de la manera más mediocre los favores publicitarios que pagó en su anterior gobierno.

La mejor clase sobre lo que no se puede hacer en medios de información la estamos aprendiendo del profesor, cuando pretende generar impacto y recordación para recuperar la audiencia perdida.

Todos los alcaldes de Medellín, han sido los mejores mandatarios del país. Con dinero, un buen equipo y grandes inversiones en propaganda como es nuestro caso, todo alcalde paisa es siempre el mejor. “Lonso” lo será por que está escrito en la historia. Alcalde de Medellín que termina su mandato se cree presidente. Para no ir muy lejos les recuerdo que Naranjo lo sintió, Juan Pablo María Gómez lo disimuló y Luis Emilio pensó en esa posibilidad. Todos se han quedado con las ganas, menos Uribe. Fajardo no será la acepción en la fórmula. El hombre piensa que podrá ocupar con Lucre la Casa de Nariño, pero eso será en sueños, porque las cábalas dicen lo contrario y su repertorio por la radio colombiana lo están dejando sin habla.

En el medio existen colegas de todos los sabores y también existe Fajardo, que ni es periodista, ni analista, debido a que sin ningún esfuerzo lo ha demostrado. Feliz día del periodista. Para todos mil abrazos. Es hora de recibir tarjetas, correos electrónicos, chupes y palmadas en el hombro por el oficio, que los lunes estamos de vuelta en el ruedo.

Finalmente quiero que le den una mirada a la carta que envió la colega Eliana Duque desde Medellín a Darío. Carta que comparto desde la primera letra.

Señores:

DARÍO ARIZMENDI Y DEMÁS MIEMBROS DE SU EQUIPO DE TRABAJO
Caracol Noticias
Bogotá

Considero importante recordarles que una cosa es la economía y otra las matemáticas; que una cosa son las ciencias políticas, y otra las matemáticas; que una cosa es haber sido alcalde de cualquier ciudad, y por cualquier motivo, y otra cosa es ser periodista.

Mientras ustedes no tengan en cuenta estas diferencias, Darío seguirá haciendo el oso cada que insiste en pedirle a Sergio que opine sobre lo divino y lo humano, pues por esta razón Sergio, o permanece callado, o dice cualquier sandez que no tiene nada que ver con lo que se le está preguntando.

El experimento de llevarse a este señor para Caracol, y todos sabemos con cuáles intenciones, ha sido un fracaso. Por Dios: el periodismo y los colombianos merecemos respeto. Por qué mejor no le patrocinan un curso intensivo en cualquier lugar de la tierra al señor Fajardo, o le piden al Presidente que le asigne un cargo público importante, donde tenga la posibilidad de aprender lo que se debe no sólo para opinar ante un medio de comunicación masivo sino para aspirar a otras dignidades.

Cordial saludo,

ELIANA DUQUE
Comunicadora Social
Medellín

Ñapa:

Domingo, 10 de febrero de 2008

Juan Paz. Periodico El Mundo

LAS VUELTAS DE CARACOL

El caso del ex alcalde Sergio Fajardo en Caracol ya va pasando de castaño a oscuro. El asunto ha sido comentado en las altas esferas del Grupo Prisa en varias oportunidades, tal como lo ha informado Juan Paz, especialmente por las incidencias políticas y las connotaciones de todo tipo, independientemente de los resultados periodísticos. El mismo Juan Piedra ha expresado sus reservas y ha hecho varias consultas con una mirada hacia el futuro. Pero la mayor sorpresa la recibieron el domingo con la columna de Humberto de la Calle en El Espectador, quien públicamente dijo lo que algunos directivos de Prisa han analizado en privado.

¿Y qué dice Humberto de la Calle? Que tanto derecho tiene Caracol de contratar a quien quiera, como el ciudadano Fajardo de trabajar donde lo desee. Pero plantea que el lío de fondo es que siendo Caracol una de las «primeras cadenas radiales colombianas», coloca a Fajardo en situación de privilegio por su condición de candidato presidencial. Habla del «inmenso riesgo democrático y de inequitativa disparidad en la contienda democrática, si uno de los candidatos, a fuerza de esa libertad mutua entre empleador y empleado que reconocemos como innegable, resuelve recorrer el país, entrevistar a la nación, levantar tribuna en cuanto lugar se le antoje, llevar un mensaje que pese a estar revestido de la neutralidad del dictamen periodístico, es en el fondo un discurso político con la mira puesta en el Palacio Presidencial».

De la Calle va más al fondo. Dice que «Caracol usa un especio electromagnético que es propiedad de todos. Y este es un elemento delicado sobre todo frente a la solvencia de la democracia… Sin desmerecer un ápice la capacidad de Fajardo como alcalde y como periodista, estamos enfrente de una decisión que brinda a un importante personaje una posición extraordinariamente favorable, en desmedro de los demás candidatos. Algo que no será posible remediar luego, cuando Fajardo renuncie y Caracol entre en una supuesta fase de neutralidad. Será tarde». Y remata contundente: «Dos consejos no pedidos: Grupo Prisa: cuidado se le ocurre a alguien que comienzas a meter baza en la política nacional. Sergio: Lo peor para un candidato es que la gente crea que usufructúa privilegios extraordinarios». Más claro no canta un gallo.
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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.