La participación en política de cuarteles electorales y propietarios de universidades privadas, es completamente permisible y común en la tacita de plata. Sus integrantes, por ejemplo, hacen encuestas y además, ponen a ganar a quien las paga. Normal en el negocio político.
Sin embargo, es completamente cuestionable conocer que esta misma actitud está padeciendo la universidad pública. Reprochable es que el vicerrector de la Universidad de Antioquia, Don Martiniano esté impidiendo la publicación de los resultados de la encuesta realizada por el CEO, con el fin de beneficiar al candidato a la Alcaldía de Medellín, Aníbal Gaviria. “Plomo intelectual” es lo único que merece por haber metido la mano para cumplir las órdenes de sus caciques.
Los últimos días las miradas de la ciudad se encuentran en las campañas de Luis Pérez y Aníbal Gaviria por dicha encuesta que no dejaron publicar. De todas maneras, los integrantes de la campaña de Aníbal Gaviria, están que se revientan de la incomodidad por la filtración de la misma sobre intención de voto que realizó el Centro de Estudios de Opinión de la Universidad de Antioquia.
Así el mismo “Don Martiniano” haya dicho a la prensa nacional que no existe dicha encuesta, desde el Bloque Administrativo de la Universidad de Antioquia llamaron a este “Humilde Servidor” para ratificar la existencia del estudio estadístico.
Pregunta: ¿Si las elecciones para Alcalde fueran mañana a quien elegiría como Alcalde? En la encuesta, Luis Pérez, le coge 10 puntos de ventaja a Gaviria Correa, quien se quedó con el puesto de virreina al lograr un honroso 28%. Quien iba a pensar, pero Omar Flórez, se quedó con el puesto de la primera princesa con un meritorio 14%. “No sabe y no responde” el 12% y Fico Gutiérrez el 7%. La señora Jaqueline Tolosa obtuvo el 1%.
La encuesta sí existe, puesto que de la universidad la hicieron llegar a la campaña de Aníbal, pero como el rector encargado tiene afectos con el Senador Eugenio Prieto, dieron la orden de no ser publicada. Escuchar Audio
Excelente fue la decisión que tomaron las directivas de la Revista Prometeo, organizadores del 21 Festival Internacional de Poesía en descentralizar los recitales en los diferentes municipios del departamento.
Prometeo se anotó un golazo con esa iniciativa este puente festivo, que posibilitó que los visitantes de Jardín, Antioquia, por ejemplo, disfrutáramos de un gran evento, fuera de lo normal, y que no tiene nada que ver con la silicona, el aguardiente, el caballo y la música popular.
Los tres poetas que visitaron mi “tierrita” fueron un paisa de la U de A, una sueca y un mexicano. Todo iba a las mil maravillas, la gente inquieta con esas construcciones literarias que aunque confusas, melodiosas. “El árbol, crece y sus hojitas caen al suelo, como sus lágrimas mojan su espalda”… cositas así…
Todo iba perfecto, hasta que el poeta mexicano Sixto Cabrera González le dio por narrar su ingreso al país del Sagrado Corazón por el aeropuerto El Dorado de Bogotá. Resulta que el indígena, trajo poca ropa, debido a que su interés era empacar la mayor cantidad de libros escritos en su lengua náhuatl. El náhuatl, es el dialecto que hablaron los aztecas y que hablan sus descendientes, especialmente los ubicados en los municipios de Zacatlán, Ahuacatlán y Tepetzintla en el norte del Estado de Puebla, México.
El asunto es que el joven poeta de 37 años de edad, aterrizó en Colombia con una maletada de libros, con el objetivo de regalarlos en las diferentes bibliotecas que visitará durante el Festival de Poesía. Cuando llegó a migración le revisaron su equipaje y claro era de esperarse, en este país macondiano, de mariposas amarillas, de garavitos y alfonsos cano, uribes y santos; le pusieron problema… un hombre, feo, bajito y además, negro, con una mochila llena de libros proveniente de México, es imposible que sea buena persona, es un tipo peligroso y sospechoso que puede atentar con un libro de poesía contra el cerebro de otra persona. Si hubiese ingresado armas, drogas, contrabando, seguro problema no hubiera tenido, porque la “autoridad” conoce ese material, nunca un libro.
Satisfecho se encuentra el candidato al Concejo de Medellín por el Partido de la U, Javier Rodas por haber logrado la inclusión en la lista que se inscribirá para las elecciones de octubre, gracias al apoyo de su jefe político, el Representante a la Cámara Elkin Ospina.
Los otros candidatos que ya tienen su cupo en la lista son los seis concejales que quieren repetir: Oscar Hoyos, Ramón Acevedo, Nicolás Duque, Jesús Aníbal Echeverri, Santiago Martínez y el candidato reemplazo de Federico Gutiérrez.
Igualmente, fueron incluidos los nombres de Juan Felipe Campuzano, Lina García y Jorge Varela. Se esperan los nombres de las cinco mujeres de deben integrar la lista y posiblemente la inclusión de Nelson Martínez y Jaime Cuartas.
“EL FLACO DE ORO”
Para nadie es un secreto que uno de los políticos nuevos que ingresará a ocupar las curules del Partido Liberal en el Concejo de Medellín será el “Flaco de Oro”, Carlos Mario Mejía Múnera. Lástima que este tan mal acompañado, pero haremos lo imposible para entender.
Precisamente Mejía recibió la adhesión del ex candidato al Concejo Ricardo León Yepes, quien obtuvo hace cuatro años 2.698 votos, pero si pone 1.000, es buen endoso.
Por: Adolfo León Ospina Mejía
De nuevo la corte suprema hace algo por la justicia en Colombia. Haber desenterrado el caso del defensor de derechos humanos Jesús Antonio Valle Jaramillo es algo que a todas luces busca hacer honor a la verdad y evidencia un peligroso manto de impunidad con relación a algunos homicidios que han dejado muy mal parado al estado colombiano.
Con la muerte del abogado Valle ocurrida en Medellín en febrero de 1998, pareciera que se hubiera intentado acallar la voz de los defensores de derechos humanos que quisieran evidenciar la nefasta relación entre paramilitares y algunos integrantes del Ejército Nacional. Valle Jaramillo, fue asesinado 24 horas después de haber rendido su versión libre ante la fiscalía en la que reveló dicho contubernio. No se olvide tampoco que el abogado fue víctima de atropellos radiales por parte de Álvaro Uribe, en ese entonces gobernador de Antioquia, quien lo acusó de ser enemigo de la fuerza pública.
Esta vez la investigación seguramente arrojará resultados más cercanos a la realidad de los autores intelectuales del magnicidio. Sólo queda ahora que también se aclare cuales fueron los móviles reales de las masacres del Aro y la granja, ambas poblaciones en Jurisdicción del Municipio de Ituango, duramente golpeado por la violencia y visibilizadas por el abogado Jesús María, en la que murieron 19 personas y más de 1200 fueron desplazadas, y por las que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por $3.400 millones de pesos.
