martes, abril 16, 2024

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COMO CONEJOS

Si la Iglesia Católica y su feligresía se tomaran la tarea de analizar las proporciones del problema que representa la realización de abortos clandestinos en la ciudad y el resto del país, empezarían a rezar por las vidas que a diario se encuentran en riesgo, podrían ser sus hijas, sus hermanas… Desde farmacias, centros de salud y grupos feministas radicales, se patrocina y se asesora este procedimiento que se practica por lo general en precarias condiciones de salubridad, debido a que el gobierno por temor a Dios evade su responsabilidad.

Con Benedicto o sin él, en Medellín y en Colombia se practican diariamente cantidades alarmantes de abortos en condiciones lamentables. La clandestinidad de la Interrupción Voluntaria de Embazaros, es un problema de salud pública que por la permisividad del gobierno y la irresponsable intromisión de la Iglesia, no se ha querido afrontar.

La Clínica de la Mujer, proyecto propuesto por el gobierno de “Lonso” Salazar, iba a representar por lo menos el inicio a la terminación de la omisión del sistema de salud frente a la IVE. El común denominador es darle la espalda al problema, no obstante, el Alcalde admitió que dicha clínica cumpliría a cabalidad con los criterios establecidos en la Sentencia C355 de la Corte Constitucional, ratificada por el Decreto 4444 de 2006 del Ministerio de Protección Social, que ordena, oigan curas, pastores, monjas, inquisidores y adoratrices del Divino Miembro, ORDENA la Interrupción Voluntaria de Embarazos en tres casos especiales, malformación en el feto, riesgo de vida de la madre o el feto y embarazo por causa de violación.

Obviamente no se le puede pedir peras al olmo. “Lonso” Salazar hizo como el mico, una gracia y tres cagadas, o mejor, no la hizo a la entrada, pero si a la salida. A “Lonso” Salazar le dio miedo de la excomunión de monseñor Alberto Giraldo a quien le envió una carta muerto del susto explicándole el proyecto.

¡Mojigato!, ¡blandengue! ¡Qué falta de carácter! después que él mismo anunció públicamente en el Concejo de Medellín que la Clínica de la Mujer haría Interrupciones Voluntarias de Embarazo, debido a que no es una decisión optativa sino una orden de la Corte Constitucional, en la cual la Iglesia no puede hacer nada. Sólo patalear.

“Lonso” se fue corriendo a pedir permiso al Arzobispo, a hacerle aclaraciones que no son del caso. Es inconcebible que esa sea la actitud de Salazar, un político “supuestamente” criado en la izquierda democrática del país. Se le olvido que trabajar por la libertad, la solidaridad, pero especialmente por la igualdad, no tiene dogmas ni crucifijos. A Alonso Salazar le dio miedo jugársela por la equidad de género, y lo cambió por un pedazo de cielo, al que nunca llegará por flojo.

Ahora en la Clínica de la Mujer, argumenta la alcaldía, no se realizará la Interrupción Voluntaria del Embarazo IVE. “En caso de solicitarse el servicio y si este cumple con los criterios establecidos en la Sentencia de la Corte Constitucional, se realizará en la Red Pública y Privada de Medellín, respetando la objeción de conciencia de los profesionales de Salud”. Oigan, respetando la objeción de conciencia de los profesionales de la salud, es decir, si al médico no le da la gana, no se hace el procedimiento. La única opción después de la extensa violación es llevar la Acción de Tutela bajo el brazo para hacer cumplir la ley.

La Iglesia opositora a la IVE y a la planificación familiar tiene argumentos tan ramplones que muéranse de la tristeza de las explicaciones que ofreció un “curita raso” en el programa “La Buena Vida” de Cosmovisión, que conducen María Adelaida y mi amigo Juan Carlos. A los presentadores les dio miedo confrontar al sacerdote. Un cura hablando de educación sexual y de un problema de salud pública, desde el dogma es una total herejía. El no sabe de sexo y si lo sabe lo aprendió de manera sospechosa.

Y ni hablar del último estudio realizado sobre educación sexual en jóvenes del país. Perdieron la materia los Padres de Familia, quienes no admiten la vida sexual en sus hijos, especialmente en sus hijas, por lo del machismo; perdieron los colegios religiosos que más que orgullo generan vergüenza por sus prácticas ortodoxas y censuradoras con el tema y perdió el año el Estado por continuar haciendo el esguince a su obligación que es educar y prevenir.

Las entidades de salud necesitan médicos liberales, que les importe más la calidad de vida y la dignidad humana, que ganarse un pedacito de paraíso al lado del Espíritu Santo trasbocando lenguas de fuego. Se necesitan médicos concientes, con sentido social más que clerical. Se necesitan galenos con verdadero sentido de solidaridad con total respeto por la equidad de género.

La objeción de conciencia de la cual se pegan los médicos por miedo a que los parta un rayo o a que sus compañeros y familias lo censuren por “crueles y asesinos”, me hizo acordar de una historia, en la cual el respeto a la vida prevalece al concepto de acceder a una vida digna, a esa posibilidad de valerse por sí mismo, de acceder al mundo por sí solo, a la salud, a la educación, al empleo, a trabajar, trabajar y trabajar, así no haya dónde, dónde, dónde, así toque robarle la basura a los hijos del presidente…

Los médicos de un centro de salud atendieron el parto de una mujer. El día del nacimiento todos quedaron asombrados. La mujer dio a luz a una hermosa Oreja de buen color, quiebres definidos y casi seis libras de peso. Minutos después del nacimiento, el padre orgulloso con lágrimas en los ojos conoce a su hijo y estupefacto empezó a cantarle melodías de amor. La madre al presenciar dicha escena le sugirió al progenitor cantarle más fuerte a su vástago, puesto que Oreja es un poco sorda.

La Mujer tiene derecho a decidir por encima de su compañero o esposo sobre su cuerpo. No podemos ser tan irresponsables por el simple hecho de temerle a la excomunión de la Iglesia, al señalamiento y a la culpa. El Vaticano no merca, no compra leche, no compra pañales, no compra crema antipañalitis, no hace obras de caridad; por el contrario, promueve, la procreación como conejos.

Ahora bien, ¿Qué haría usted al enterarse que su padre, un pobre viejecito inofensivo de más de 70 años de edad, viene violando a su propia nieta de 13 años, la cual queda embarazada, como sucedió en Támesis Antioquia, por nombrar un sólo caso? Trague saliva…


Somos tan chabacanos que la única alternativa de los antiabortistas es la adopción. Este sector de “ciudadanos y ciudadanas” prefiere mejor niños muertos de hambre, llenos de lombrices, acosados sexualmente por sus tutores y empacados como mercancía para el extranjero. De manera tácita nos convertimos en una fábrica de adopciones para justificar la desaprobación de la Interrupción Voluntaria de Embarazos. ¡Si no lo quiere tener que lo regale!… muy fácil decirlo. Para muchas casas privadas de adopción del país es más lucrativo vender muchachos que abortarlos, es un mejor negocio.

Lo cierto, es que para afrontar un problema de salud pública como es el aborto clandestino hay que apartarnos de toda clase de sectarismos, ideologías y creencias. Hay que asumir este tema con responsabilidad social. Aceptar los tres casos especiales que ordena la Sentencia de la Corte para proceder a una Interrupción Voluntaria de Embarazo es un adelanto, de lo contrario, su próximo hijo podría ser una nariz.

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.