viernes, marzo 29, 2024

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QUIJANO SANGRA POR LA HERIDA

Estuvimos muy bien atendidos por el personal del Parque Norte, el sábado 9 de febrero cuando se conmemoró otra fecha del día Clásico del Periodista. Aunque carezco de todo afecto por parte de la mayoría de los integrantes del gobierno de Alonso, debido a que la mayoría provienen del anterior gobierno del Emperador; ahí estuve, estirando nuca como otro reportero más.

A la entrada del Parque estaba el Director de Comunicaciones muy decente, amable y cortés como siempre. Al ladito, estaba el hablantinoso de Melguizo, quien está medicado con ritalina y fluoxetina para que le baje al acelere. (Más adelante dedicaremos algunos textos sobre este raro personaje que se atraganta con las mieles del poder).

También estaba la Secretaria Privada de Medellín Claudia Patricia Restrepo, quien en ese momento era la Alcaldesa Encargada de la ciudad por el viaje al exterior del titular. Mucho estilo y glamour le falta a esta señorina.

LOS HERMANITOS MOSQUERA



Durante la estadía en el Parque Norte desatamos algunos nudos de la discusión entre Fernando Quijano periodista del periódico El Colombiano y los Mosquera, Mauricio, hoy gerente de Telemedellín y Juan Fernando, empleado de Empresas Públicas de Medellín quien produce y presenta “Camino al Barrio” programa institucional de televisión de EPM que se emite por el canal local de Televisión.

En este rollo también están metidos Neiro Jaime Director de Comunicaciones de Medellín y su esposa la periodista Adriana López, quien en otrora fuera la titular compañera de Henry Horacio Chávez.

Aunque la contratación de los hermanitos Mosquera en el actual gobierno de Alonso Salazar viola la ética pública y el Decálogo de Buen Gobierno, herencia escrita en papel de arroz por el Emperador; Fernando Quijano, periodista de El Colombiano y editor de la Columna “De Buena Fuente” sangra por la herida.

La intención de Quijano de sacar a la luz pública las presuntas irregularidades del gobierno de “Lonso”, que además estoy muy de acuerdo, están justificadas desde su interés personal.

Como recordarán, durante el gobierno del Emperador la señora Sandra Ospina, una flaquita ella, a quien se le vio en repetidas ocasiones con un chiquilín en actos públicos, se desempeñó como asistente del anterior dictador.

Lo que no sabe el ciudadano de a pie es que Sandra Ospina es la excompañera del periodista Quijano, relación de la cual brotó un lindo nene. Quijano ni corto ni perezoso engrasó al Emperador para que le diera ese puestico a su exmujer.

La piedra del periodista radica en que sin razón alguna del despacho del alcalde hayan sacado a la madre de su hijo del cargo de asistente del primer mandatario de la ciudad. Según la información de la Alcaldía obtenida en el Parque Norte a Sandra Ospina no la ratificaron en el cargo por poco diligente. En otras palabras a Sandra la sacaron por mala. Otra evidencia más de que el fajardismo no es perfecto.

Lo cierto del caso, es que Fernando Quijano anda tan piedro que se está pegando de un clavo caliente para cobrar con creces el puesto burocrático de la madre de su muchacho.

Lo más vergonzoso de Quijano es que siendo un periodista de tan importante empresa editorial, haya comprometido a Neiro Jaime y a su actual esposa Adriana López e inclusive a los Mosquera por cobrar una cuenta personal.

Entre los problemas personales y el periodismo existe una brecha muy grande y no se pueden revolver para no perder el horizonte, especialmente cuanto se tiene rabo de paja. Además, a Quijano se le olvido que la nueva familia colombiana está conformada por tus hijos, mis hijos y los nuestros. Vergonzoso que se utilicen líos de faldas ya saldados solamente por la rabieta de haber perdido un puestico burocrático.

LAS PRESUNTAS IRREGULARIDADES

Lo que debe analizar la Administración Municipal es evitar caer en posibles irregularidades. El alcalde Fabio Alonso Salazar Jaramillo mostró finura al mover lo necesario para hacer declinar la posesión del nombrado director del Área Metropolitana, por los cuestionamientos en su contra. Hay que seguir en esa línea.

No es bien visto por los ciudadanos de Medellín que el negro Mauro Mosquera, asuma la gerencia de Telemedellín y Juan Fernando trabaje en Empresas Públicas, produciendo un programa para la empresa donde labora su hermanito. Aunque no existe ninguna clase de irregularidad jurídica, sí existen irregularidades éticas a la hora de manejar los impuestos que todos pagamos, dineros públicos que como ustedes mismos lo han manifestado son sagrados.

Sobre la posibilidad que tiene la periodista Adriana López para realizar un programa en Telemedellín, es la misma cosa. No está bien visto que a su vez su esposo se desempeñe como Director de Comunicaciones de Medellín.

Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Feas y dejan mal parado las marrullas de Quijano por haber perdido el puesto de la madre de su hijo, pero cuestionable también los concubinatos entre familiares que se están presentando en el interior del gobierno local de Alonso. Todavía hay mucho tiempo para enderezar los actos.

ÑAPA:
POR QUÉ FAJARKAMÓN

Muchos fundamentalistas del anterior gobierno del Emperador están que me fusilan por haber bautizado al exalcalde de la ciudad, doctor Sergio Fajardo Valderrama como “Fajarkamón, El Grande”.

Fajarkamón no es un calificativo despectivo. Todo lo contrario, es el nombre que lleva el reencarnado. Fajarkamón es el tatara-tataranieto de Ramsés, quien reapareció lejos del antiguo mundo. Fajarkamón, joven príncipe a quien se le otorgó un palacio real y un importante harén, acompaña a muchos en campañas emprendidas para sofocar las rebeliones e ideales políticos contaminados y de alcantarilla.

Fajarkamón es artífice de la construcción de las Pirámides de la Oriental, donde se hicieron grandes inversiones con los sagrados dineros públicos que usted paga cada tres meses y que hoy se están despilfarrando por el incumplimiento de los contratistas y chanchullos que se hicieron al adjudicar la obra.

Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.