Algunos concejales de Medellín deberán estar apretando nalga por la auditoría regular que adelantó la Contraloría General de Medellín en la corporación.
Resulta que el ente fiscalizador municipal adelantó una revisión de los contratos de asistentes que tuvieron algunos concejales durante el año 2016 en los que se encontraron sorpresas.
El pedo es que algunos asistentes tuvieron remuneraciones bastante altas que no coinciden ni son coherentes con sus hojas de vidas académicas e incluso, algunos con títulos de Bachillerato obtuvieron remuneraciones mensuales que podrían oscilar entre los $10’000.000 (diez millones de pesos).
Lo complejo es que varios son los delitos que podrían tipificarse en esa turbia modalidad de saquear los presupuestos de las Unidades de Apoyo a los que tienen derecho cada concejal de la ciudad.
Ahora, desde lo político, se rumora que esa Auditoria Regular, que tiene a más de uno con el pelo parado, fue un embeleco de la actual Contralora, quien por varios años se desempeñó como abogada de la Comisión Segunda de la Corporación.
Es un secreto a gritos que, para bien o para mal, algunos de los Contralores Auxiliares, responsables de esas auditorias, son cuotas políticas que hacen parte de la burocracia de turno, que no los controla ni el putas…
