Ubicado en la ribera del río que limita a los departamentos de Antioquia y Caldas, en territorio perteneciente al municipio de Nariño, el balcón verde de Antioquia, y bañado por la caudalosa quebrada de la que han tomado su nombre, se encuentra el hotel Termales del Espíritu Santo.
Una agradable hostería campestre, enclavada en un cañón rodeado de bosques que puede hospedar a cerca de 120 personas y atender aproximadamente 500 en día de sol. Allí los montañeros, tanto los de Caldas como los de Antioquia disfrutan sin cesar de deliciosos baños calientes con aguas termales o de piscinas naturales formadas por la quebrada que atraviesa imponente los territorios del hotel.
Las aguas termales, según dicen, son casi que milagrosas para curar problemas artríticos, musculares y circulatorios, lo que sí es indiscutible, es que estar en las piscinas de estas aguas, es un ejercicio completamente relajante y reparador.
Según informan en el hotel, estas aguas termales, son del grupo de las magmáticas y no de las telúricas las más comunes. Por eso son mucho más ricas en minerales y tienen una temperatura mayor.
Llegar no es complejo, pero tampoco fácil. Hasta la cabecera municipal de Nariño la carretera, que una vez comunicó a Medellín con la Capital del País, después de más de 18 horas de viaje, es pavimentada y bien señalizada, luego se convierte en un camino por el que solo pueden transitar vehículos altos: camperos, camionetas y buses. Hay osados que lo intentan en automóviles.
Cerca del hotel se encuentra la población de Puerto Bonito, y pasando el puente sobre el Rio Samaná Norte, como dijeron se llama, el Municipio de la Dorada, Caldas. La población ha sabido aprovechar las bendiciones de la naturaleza para convertirse en un destino turístico nacional, pues la belleza natural y las infinitas posibilidades que brinda el caudaloso ameritan lo incómodo de los últimos 110 minutos de viaje.
Es un sitio a conocer, y lo más pronto posible, porque según rumores de los lugareños existe un proyecto que mira la posibilidad de construir una hidroeléctrica en el cañón que forma el exquisito río, y como nos lo ha demostrado Hidroituango es el fin del ecosistema.