martes, diciembre 2, 2025

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MIGUEL URIBE LONDOÑO, LA MINA QUIEBRAPATA DE CENTRO DEMOCRÁTICO

El retiro de Miguel Uribe Londoño de la contienda interna por la candidatura presidencial del Centro Democrático tuvo bajo tensión las bases del uribismo. El papá del asesinado senador y precandidato Uribe Turbay se convirtió en la peor mina quiebrapata que implosionó todos los procesos del uribismo para elegir el candidato único de esta colectividad a la presidencia de la República.

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Desde su aparición como precandidato presidencial, Miguel Uribe Londoño generó resistencias y reparos al interior de Centro Democrático.

Su postulación apareció como sacando una “media de un zapato” tras el asesinato de su hijo, también aspirante presidencial.

El oportunismo de Miguel Uribe Londoño, quien se postuló precandidato estando todavía su hijo caliente en el ataúd, despertó malestar entre quienes consideran que su candidatura no respetó la lógica de mérito acumulado por el resto de sus competidores.

Los reparos fueron explícitos desde el inicio, militantes y dirigentes consideraron inapropiado que alguien de 72 años, una momia totalmente desconocida, reemplazara a un joven de 39, su hijo.

Criticaron, además, que, a diferencia de las senadoras Cabal, Valencia y Holguín; Uribe Londoño no ha hecho campaña, ni recorridos, menos construido una base, ni acumulado una propia política significativa para participar en la actual campaña.

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En palabras de algunos al interior del partido, Uribe Londoño “no ha hecho un culo” para ganarse ese mérito. Esa percepción siguió alimentando desconfianza.

Las tensiones se profundizaron cuando se decidió que la candidatura de Centro Democrático se definiría mediante una encuesta interna manejada por una firma extranjera. Miguel Uribe Londoño criticó el método, cuestionó supuestos sesgos de la encuestadora y en particular denunció un favoritismo hacia la senadora Cabal, lo que generó polémica, además que obligó a la colectividad a suspender ese mecanismo.

El quiebre definitivo ocurrió este lunes con un comunicado oficial del partido. Según la dirección del Centro Democrático, el precandidato retiraba su postulación para apoyar al aspirante externo Abelardo De La Espriella. Esa versión, divulgada por la colectividad, fue suficiente para expulsarlo del proceso.

Tras conocerse la decisión, Cabal destacó que apoyará todo el proceso que libera el partido.

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Varios de los integrantes de Centro Democrático manifestaron estar cansados de la “testarudez” del viejo Miguel, quien en repetidas ocasiones dejó de asistir a los foros de precandidatos por priorizar su propia agenda a la del partido.

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El escenario para la elección de la candidata del uribismo quedó reducido entonces a las tres senadoras Cabal, Valencia y Holguín.

Para muchos dentro del partido, el retiro de Uribe Londoño no sólo reordena la competencia, sino que marca un mensaje claro: las candidaturas no deben imponerse por legado familiar o conveniencia simbólica, sino construirse con trayectoria, estructura y reconocimiento interno.

Sin embargo, el episodio también deja al descubierto los conflictos de fondo en el uribismo. La tensión entre tradición familiar y meritocracia, entre la voluntad de honrar legados personales y la necesidad de presentar candidatos competitivos y entre la urgencia de un liderazgo generacional y el peso del realismo político.

El retiro de Miguel Uribe Londoño puede leerse, entonces, como una reconfiguración del poder interno, donde expulsan a un “viejo sin gloria” para dar paso a las mismas caras, pero, eso sí, más activas y con recorrido propio.

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.