La inasistencia de Naranjo es un tiro en el pie, desperdició la vitrina para solicitar recursos adicionales y, de paso, cedió protagonismo al alcalde de Andes.
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El pasado sábado 21 de junio, el gobernador Andrés Julián Rendón, visitó Jardín para inspeccionar obras culturales y anunciar un plan de reactivación económica para el Suroeste.
Lo escoltaban el alcalde de Andes, Carlos Alberto Builes, además del exalcalde del mismo municipio, hoy secretario de Infraestructura departamental, Horacio Gallón.
En la agenda destacaba la reconstrucción de la Casa de la Cultura, ícono patrimonial que avanza con recursos mixtos de la Nación y Gobernación, pero el detalle que más llamó la atención no fue la remodelación, sino una ausencia de la alcaldesa local, Claudia Yaneth Naranjo, quien brilló por su silencio.
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Durante el recorrido, Rendón conversó con artesanos, hoteleros y campesinos, prometiendo maquinaria amarilla para mantener vías terciarias y respaldar la temporada de vacaciones de mitad de año.
El mandatario departamental dejó incluso un mensaje en el libro de visitantes de la Basílica de la Inmaculada Concepción, gesto simbólico que, paradójicamente, no tuvo la contraparte institucional que suele ofrecer la alcaldía cuando llega un gobernador.
La molestia ciudadana, como siempre fue secretos a voces. ¿Por qué no aparece la alcaldesa para hablar de los derrumbes que nos están ahogando?, se preguntaban comerciantes y hoteleros.
En la actualidad las lluvias de junio mantienen cerrado el corredor en la Cuenca del Sinifaná y con paso restringido la vía en jurisdicción del municipio de Salgar por pérdidas de banca que complican la llegada de turistas, motor del 70% de la economía municipal, según la Cámara de Comercio del Suroeste.
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Los reportes oficiales confirman cierres y parciales en la Troncal del Café en varios sectores lo que ha provocado una caída de hasta 40% en ocupación hotelera el último puente festivo.
La inasistencia de Naranjo, la Dama del Pueblo, es un tiro en el pie, porque desperdició la vitrina para solicitar recursos adicionales y, de paso, cedió protagonismo al alcalde de Andes.
En un municipio que depende de las regalías del turismo, resulta inadmisible renunciar al diálogo directo con la Gobernación justo cuando los derrumbes amenazan con asfixiar la temporada alta.
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“Ojo, alcaldesa, que hay un Dios que todo lo ve”, pero más allá de la metáfora divina, la ciudadanía ve, y juzga, y si Naranjo no presiona para que el plan de contingencia vial sea eficiente y rápido para recuperar el turismo, la próxima avalancha no será de lodo, sino de descontento electoral.
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Mientras unos agitan banderas de odio, tratan como angelitos a criminales y vienen a Medellín a perpetuar la impunidad de bandidos, nosotros trabajamos.
Hoy desde Jardín, acompañando a mis paisanos del Suroeste, que han padecido tanto en esta temporada de lluvias, y que aún así,… pic.twitter.com/gkgXN3MxxN
— Andrés Julián (@AndresJRendonC) June 21, 2025
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