En los clubes, hoteles de Medellín y en las tertulias políticas, el tema principal es lo nefasto que sería para el Antioquia que, por segunda vez, el gobernador de turno terminara en la cárcel por celebración indebida de contratos.
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Los últimos días no han sido los mejores para el gobernador de Antioquia Andrés Julián Rendón debido a que su liderazgo se encuentra en tela de juicio.
Este septiembre ha sido más que negro para el mandatario seccional. Lo primero tiene que ver con el hundimiento del Referendo para las Regiones que pretendía gestionar más autonomía fiscal para los treinta y tantos departamentos que conforman el país.
Las congresistas María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, dos senadoras de Centro Democrático, el mismo partido del mandatario seccional que pertenecen a la Comisión Primera de la Cámara Alta, se salieron del recinto para no votar la iniciativa de su compadre. El godo conservador tamesino Germán Blanco hizo también lo propio, se salió para no votar.
El hundimiento de la iniciativa es otra demostración de la incapacidad del mandatario no sólo para gestionar, sino también para crear una percepción de líder que lo saque de su modesta visión rionegrera para proyectarse a nivel nacional que le posibilite una futura aspiración presidencial, cuento que le han vendido echando erróneamente algunos de sus genuflexos subalternos.
Rendón es gobernador, porque Federico Gutiérrez con su votación en Medellín y Antioquia lo sentó en el mandato seccional.
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Como si fuera poco, está semana se conoció que el Gobernador continúa su lento tránsito hacia el valle de la muerte, luego que la Corte Suprema de Justicia rechazara la recusación que la defensa de Andrés Julián interpusiera contra la fiscal general de Nación.
El mandatario es investigado por presunta corrupción en la construcción de dos CAI en Rionegro cuando se desempeñó como alcalde de ese municipio del oriente antioqueño.
En los clubes, hoteles de Medellín y en las tertulias políticas, el tema principal es lo nefasto que sería para el Antioquia que, por segunda vez, el gobernador de turno terminara en la cárcel por celebración indebida de contratos.
Durante el anterior periodo constitucional, el exgobernador y actual precandidato a la presidencia, Aníbal Gaviria, fue encarcelado por un año en su domicilio por la investigación que todavía tiene en su contra por presuntos actos de corrupción en la construcción de la Troncal de la Paz en el norte del Departamento.
Sin pretender comparar los casos, porque uno nada que ver con el otro, además que las responsabilidades penales son personales, si la historia de encarcelar un gobernador en Antioquia se repite con Andrés Julián, sería más que ridículo continuar diciéndole a la opinión publica que se trata de una retaliación del gobierno petrista contra los paisas.
La contraloría argumenta sobre el caso de Rendón que presumiblemente existe un detrimento patrimonial de más de $1.200 millones de pesos, y, lo claro es, que, de confirmarse esa investigación, alguien debe tener la culpa.
Pero lo cierto es que mala tos se le siente al perro. Un gobernador como Andrés Julián pretendiendo figurar a nivel nacional con su bandera en el suelo: el Referendo de las Regiones; además de la investigación penal que le respira en la nuca por presunta corrupción, no puede prender obtener buenos resultados electorales para Congreso en marzo del 2026, menos en elecciones regionales de octubre de 2027.
Rendón mandó al exalcalde y gerente de VIVA, Rodrigo Hernández a hacer fila al movimiento Creemos y Centro Democrático para conseguir avales para la campaña al Congreso y se lo devolvieron, hasta bien deprimidito porque le negaron las boletas de entrada.
Para que no se notara mucho que les negaron la admisión, salieron a decir que el burgomaestre había solicitado a Hernández, por ser personal de confianza, que se quedara en el cargo porque desde ahí podría servirle más al Departamento.
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Ahora tienen nuevos proyectos no sólo el gerente de VIVA, Rodrigo Hernández, sino también el exalcalde, exrepresentante y actual secretario de Infraestructura Horacio Gallón. Ambos quieren ser gobernador de Antioquia.
En los corredores del edificio Departamental, ahí en plena Alpujarra, donde chismosean como si no hubiera mañana, cotorrean al detal para manifestar que tanto Hernández como Gallón, están convencidos que el gobernador los va a apoyar. La pregunta que muchos se hacen en silencio es: cómo, con qué, si lo meten a la cárcel…
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