Casi le da a mi madre un infarto al miocardio después de que saliéramos de un electrocardiograma realizado en la EPS SURA, ubicada en las instalaciones del Centro Comercial ALMACENTRO en el sector de SAN DIEGO en plena avenida de El Poblado.
Por culpa del pico y placa, acudimos a primera hora del día a ese sector en taxi. -¿Para dónde va?, me dice el taxista, una pregunta estúpida de un taxista que su trabajo es cobrar dinero a cambio de movilizar pasajeros. -¿Para dónde le sirve?, le contesté. El fulano notó mi incomodidad por lo que agregó, -lo que pasa es que hay protesta de taxistas.
A la salida del examen médico alcanzamos el taxi de regreso, pero otros amarillos cerraron el paso. Varios de los conductores que lideraban la protesta pasaron a pie taxi por taxi para concientizar y amedrentar a los conductores que estaban trabajando de manera normal.
Como un rayo bajé a mi madrecita casi del pelo y a los trancazos y nos trepamos como un par de brujas en el puente peatonal de SAN DIEGO. La tropa enfurecida estaba perdiendo el control en ese sector, mientras la policía y los guardas de tránsito brillaron por su ausencia.
En el momento menos pensado uno de los protestantes sacó un cuchillo. Yo me dije a mi mismo, mi mismo, aquí fue. –Esperá, mirá, mirá, le dije a mi madre. Ella muy tímida me respondió, -¡ni por el putas, espere usted, yo me voy!…
