Dos son los peores negocios que adelantó la directora María Inés Restrepo de Arango durante toda su gestión que tienen recorriendo el camino de la quiebra financiera a Comfama.
El primero de ellos fue la venta de mercadeo en el año 2001. Comfama tenía alrededor de unos 47 supermercados en Medellín y en varios municipios del Valle del Aburrá y el oriente de Antioquia. Por decisión de los consejeros y la dirección se empezó a desestimar el negocio, descuidaron los supermercados, y por el contrario, empezaron a trabajar a pérdida.
En una reunión en la sede de San Ignacio con los empleados de los Supermercados Comfama, María Inés Restrepo sostuvo que no se vendería ese negocio, pero al día siguiente anunció una alianza estratégica con Supermercados Carulla.
El negocio entre Comfama y Carulla se pactó en $40.000’000.000 (cuarenta mil millones de pesos) aproximadamente, pero se presentaron inconvenientes por el manejo de personal. Desde la Dirección de Comfama se orientó a los trabajadores para que se tranquilizarán puesto que las mismas garantías laborales que tenían en Comfama serían sostenidas en Carulla, promesa que resultó siendo falsa.
Lo cierto es que de los 40 mil palitos, $27.000’000.000 (veintisiete mil millones de pesos) se fueron en indemnizaciones, quedando como utilidad del negocio $13.000’000.000 (trece mil millones de pesos).
Sin embargo, los trabajadores que supuestamente fueron engañados durante el cambio de empresa, demandaron a Comfama y en la actualidad esas pretensiones colectivas ascienden a unos $20.000’000.000 (veinte mil millones de pesos). Son 500 los incómodos que demandaron en grupos de 10 para un total de 50 procesos. Ver demandas
PÉSIMA SALUD
El otro negocio que tiene con la lengua afuera a Comfama es el de la salud. Cuentan los jocosos que por la misma época de la venta de los supermercados Comfama a Carulla (años 2000 – 2001) a María Inés le dio por competirle a Comfenalco con la atención en salud al magisterio.
Restrepo suponía que ese negocio era la joya de la corona y empezaron a prestar esa clase de servicios inmediatamente. Comfama ofreció lo mismo que daba Comfenalco a los maestros, con un valor agregado que consistía en la entrega de medicamentos de marca y atención en clínicas y hospitales que los maestros requerían, además, de los servicios que la caja ofrece.
Con esas gabelas, María Inés Restrepo y su staff directivo hicieron el peor negocio de la Caja de Compensación, debido a que se dispararon los gastos de la entidad porque los maestros y los integrantes de sus familias, siempre mal atendidos, aprovecharon ese cuarto de hora para adelantar cirugías, tratamientos y demás pendientes que tenían en salud.
Ese negocio dejó pérdidas de $13.354’000.000 (trece mil trescientos cincuenta y cuatro millones de pesos) que al parecer fueron cubiertos con los otros $13.000’000.000 (trece mil millones de pesos) de utilidad que quedaron como ganancia del negocio que se hizo con Carulla. La atención y servicios de salud al magisterio duraron seis meses en el año 2000 aproximadamente.
Posteriormente Comfama intentó enmendar el error pretendiendo cobrar al Fondo de Prestaciones del Magisterio, representado por la Fiduciaria la Previsora la suma de $17.291’000.000 (diecisiete mil doscientos noventa y un millones de pesos). En ese tribunal de arbitramento sólo se logró recuperar $135’885.182 (ciento treinta y cinco millones ochocientos ochenta y cinco mil ciento ochenta y dos pesos). Ver documento
Por ese peo fue por la que “la Funeraria Médico Pervertida”, como se refieren los maestros a la Fundación Médico Preventiva, oriunda del departamento de Santander se encargó del servicio de salud para los profesores.
Como dato anecdótico, cuentan los mismos empleados de Comfama que el contrato de prestación de servicios de salud con el magisterio lo hicieron en una servilleta en la oficina de Felipe Mejía, quien se desempeñaba como Subdirector de Salud, niño mimado y en su momento posible reemplazo de María Inés, y a quien también sacaron hace un par de meses por un supuesto conflicto de intereses al asesorar a otra caja integrante de la competencia.