viernes, julio 26, 2024

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PALABRA EMPEÑADA, SUNTUOSIDAD EN DESUSO

PactoIncumplidoCuando decidimos juntar nuestras vidas con otra persona, alrededor de la unión se generan gran cantidad de expectativas, deseos, añoranzas que van trazando el nuevo camino.

Uno de esos objetivos tiene que ver con la adquisición de un espacio común a ambos individuos donde empezar a construirse como pareja.

Ese fue nuestro caso. Comprar un apartamento más grande y con una ubicación si se quiere más central.

Ir, venir, entrar, salir, llamar, es la dinámica natural de tal empresa, pero fue al oír una cuña radial cuando dije ese fue. Anunciaban en el comercial el proyecto residencial Alabama ubicado detrás de la Unidad Deportiva de Belén. Junto con mi compañera hicimos la visita de rigor y nos gustó. Es más le dijimos a Rubén de las bondades del proyecto que está a cargo de la constructora INVERNORTE.

No puedo negar que dentro de mí había un temor grande, sobre todo cuando en este mismo portal hemos hecho una gran cantidad de denuncias sobre estafas realizadas por constructoras.

Después de las pesquisas, mínimas creo yo, para hacer una inversión que implica el pequeño capital adquirido durante veinte años de trabajo, tomamos la decisión. Nos dirigimos a la sala de ventas y nos atendió el señor Hugo José Brieva Gómez a quien le expusimos todas nuestras inquietudes. Don Hugo nos aclaró punto por punto, pero fue su condición de vida la que me llevó realmente a tomar la decisión: Don Hugo es trasplantado de riñón. Desde mi ser creo que alguien a quien la vida le ha dado otra oportunidad empezará a valorarla de otra manera en la que prime el respeto por el otro sobre lo demás.

Así que después de la charla separamos el apartamento. $10.000.000 (diez millones de pesos) que empezaron a alimentar las ilusiones de la púber pareja. Hecha la separación del inmueble nos enviarían la compraventa para, a su firma acabar de pagar la cuota inicial.

La compraventa llegó más o menos 5 días después de la consignación, el correo decía muy claramente “revísenla”. Cosa que hicimos con detenimiento. Encontramos algunas inconsistencias de forma, casi todas, y dos de fondo que nos robaban la tranquilidad, lo que nos hizo buscar la ayuda de un profesional. El abogado nos explicó lo que significaban las cláusulas y lo conveniente que sería hablar antes de la firma con la constructora.

Devolvimos el correo con las inquietudes y el interés de reunirnos con los abogados representantes de los vendedores. El tiempo comenzó a transcurrir y de INVERNORTE no había respuesta. Cuando llamábamos, Hugo nos respondía que la abogada encargada estaba hospitalizada y que los dueños se encontraban por fuera del país.

Terminó septiembre, pasó la mitad de octubre y no había ninguna respuesta, al volver a llamar, nos encontramos con una situación inesperada: Hugo estaba hospitalizado.

Para resumir, nos terminó el año sin respuesta y el nuevo mantuvo el silencio hasta el pasado martes 26 de enero del presente, cuando recibimos la llamada de la abogada Nora Patricia Duque Uribe, Directora Jurídica de la constructora, quien nos citó para el día siguiente a las 12:00 pm.

Cumplidos llegamos a la cita, cumplida nos atendió. En una charla supremamente amena, le contamos lo que nos pasaba y ella nos narró su suplicio de salud, cuando después de una cirugía menor, fue atacada por tres tipos diferentes de bacterias, que la tuvieron al borde de la muerte.

Nada extraño, en Medellín existe el rumor de la presencia de bacterias en diferentes quirófanos de distintas clínicas que han generado bastantes complicaciones a los pacientes.

En un corte de su narración, y creo que acosado por la incertidumbre, interpelé con la pregunta ¿qué pasó con el apartamento? La respuesta, que me la esperaba, me dejó frío –no se lo vamos a vender.

¡Vaya sorpresa! ¿Acaso no había un compromiso? La explicación fue más insólita, por política INVERNORTE no hace cambios en la compraventa. ¡Carajo!

Nos devolvieron el dinero con un interés, a los ojos de ella por encima del que la política de la constructora permite, a mis ojos supremamente ínfimo, pero mi compañera atinó a decir, con el tono de voz de las personas a las que las ilusiones se le han ido al piso –dejemos eso así.

La abogada Nora Patricia, nos insistió mucho que miráramos otros proyectos de ellos mismos, que nos daban un muy buen descuento, pero nunca nos confirmó lo que había pasado con el apartamento 402 que hasta ese momento era nuestro.

Yo le dije: no Nora, no me interesa hacer negocios con gente que no cumple con su palabra, y esa es la mía.

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Adolfo Ospina
Licenciado en Educación Español y Literatura de U de A, apareció hace unos 4 años a este proyecto. Especialista en pedagogía de la lengua escrita de la Universidad Santo Tomás, Ambientalista y defensor de los derechos de los animales, peor que Vallejo.