Igual que la película de Pixar, el exgobernador Sergio Fajardo se la pasó esperando la oportunidad para encontrarse con Uribe. La mayoría de los integrantes de Centro Democrático, incluidos senadores y representantes a la cámara de las diferentes regiones del país, susurraron las sospechas.
Fajardo, le montó la perseguidora al expresidente, senador y orientador de CD, Álvaro Uribe en Boston y Florida, Estados Unidos, con el fin de conversar sobre varios temas, entre ellos un potencial apoyo para las elecciones presidenciales del 2018.
Muchos integrantes de esa tolda al conocer la versión manifestaron su desacuerdo. Los primeros en brincar fueron los “ramistas”, que tienen votos para apalancar una campaña presidencial. Otros inconformes son los puristas que integran la fuerza electoral del mismo expresidente, los denominados «paolos» y los de Fabio Valencia que tienen su trabajito.
El asunto es que si Centro Democrático quiere ser fuerte en las elecciones presidenciales que se avecinan como en las pasadas con “Zurriaga” no puede dividir su Partido.
Contrario le pasa a Fajardo que está echando cálculo. Por más reputación que tenga en el resto del país, la tarea la tiene bastante difícil en la Costa Atlántica, a la que sólo podrá acceder dependiendo de la ayuda de su amigo el Presidente Santos y el pote de mermelada para que los Ñoños, entre otros se comprometan.
En Antioquia, también fundamental para llegar a la Presidencia, Fajardo está más caído que teta de gitana. En las pasadas elecciones territoriales perdió con Federico Restrepo y Alonso Salazar para ratificarse que el poder electoral lo tienen otros.
