Un colega periodista manifestó su sentimiento de solidaridad por la circunstancia por la que atraviesa el Contralor General de Antioquia, Sergio Zuluaga Peña, cuestionado y llamado por la Fiscalía General de la Nación por los presuntos delitos de falsedad en documento público y peculado por destinación indebida.
Aunque el juez no le dictó a Zuluaga medida de aseguramiento al igual que al exgerente del Hospital La María William Marulanda y a su hermana la exauditora general Laura Marulanda, entre otros familiares, por no ser personas peligrosas para la sociedad, continuarán vinculadas a las investigaciones que los involucran en la realización de cirugías plásticas a bajo costo y de manera irregular en un hospital público.
La Procuraduría General de la Nación también inició la respectiva evaluación del caso que podría sancionar no sólo al Contralor, sino también a “los Marulanda” inhabilitándolos para acceder a cargos en el Estado.
Lo otro es que independientemente del proceso penal y disciplinario, lo que queda en entredicho es la reputación y credibilidad del jefe del control fiscal departamental que además está comprometido en la presunta falsificación o alteración de títulos de estudios de doctorado.
Sergio Zuluaga, un tipo de anillo de pepa grande, como yo, empezó a hacer política con Fajardo, luego con Alonso y después con Cambio Radical, los godos y los liberales, asunto que está perfecto, pluripartidista el hombre como debe ser en esta época moderna…
La permanencia o no de Zuluaga Peña en la Contraloría depende no solamente de los diputados que lo designaron para ese cargo, sino también del Gobernador que deberá estar pensando en qué posición tomar frente al futuro de Zuluaga.
Al interior de la Contraloría hay posiciones divididas, aunque todos tragan entero, algunos no están de acuerdo con lo sucedido que cuestionó la reputación de una jefatura que debe dedicarse a auditar de manera óptima los fiscos de empresas departamentales para pasar a posicionar una gestión bastante estética.
