La discusión y debida aprobación de la Jurisdicción Especial de Paz, ha tenido buena suerte de tropiezos gracias a la astuta jugada de Germán Vargas Lleras quien con su alfil mejor posicionado, el Fiscal General de la Nación Néstor Humberto Martínez, ha planteado una férrea oposición.
El ideólogo y fundador de Cambio Radical, partido político de Vargas Lleras, ha interpuesto una serie de contraargumentos al gobierno, logrando así empantanar las discusiones del capítulo más importante de las negociaciones.
Sin embargo todo está calculado, tanto el nieto de Lleras Restrepo expresidente de Colombia, como el Fiscal General y el mismo gobierno, tienen claro que difícilmente el proceso de Paz con las FARC, fracasará, y también que mostrarse como defensor de la negociación arrojará pocos réditos electorales.
Así, es claro que aunque la bancada de ese partido abandone la discusión y votación de la JEP, no logrará truncarla en lo más mínimo, pues la teta estatal todavía tiene suficiente leche para amamantar la Unidad Nacional y en esta, la presencia de los radicales no es necesaria.
Por eso la abrumadora publicidad a la oposición de Cambio Radical al importante proyecto de la JEP, pues con ello esperan que muchos de los votos nacidos del odio de Uribe al proceso de negociación, maduren en las toldas Varguistas.
Por otro lado, y reforzando la hábil jugada electoral de Cambio Radical, el fiscal busca proteger a los empresarios que patrocinarán la candidatura de Germán Vargas, presionando para que sus objeciones sean tenidas en cuenta en una eventual (que será), aprobación.
Las objeciones de Martínez buscan además que la fiscalía, en su poder, mantenga el control absoluto de los procesos que se lleven en contra de los desmovilizados de las FARC, garantizando con ello entre otras cosas gran maniobrabilidad en caso de que quien no deba se vea empantanado por la JEP.
Así se va posicionando el próximo presidente de los colombianos, un hombre que se encargará de mantener la oligarquía nacional en el poder, de administrar la finca de los poderosos empresarios colombianos, que ven en el próximo presidente del país, cualquiera sea, una oportunidad más de seguir engrosando sus cuentas bancarias