miércoles, marzo 27, 2024

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La Corte Suprema de Justicia citó a indagatoria para el 3 de septiembre al expresidente y Senador Álvaro Uribe Vélez para que responda por los delitos de soborno y fraude procesal por la presunta manipulación de testigos con la que, al parecer, pretendía que estos se retractaran de las acusaciones en su contra.

Tras conocerse la citación realizada por el alto tribunal, el jefe natural de Centro Democrático, se despistó al punto que por redes sociales anunció la renuncia al Senado de la República.

Sin mencionar los cuestionamientos en su contra, los mismos que se han hecho los últimos 20 años por estar presuntamente involucrado en la conformación de grupos paramilitares, sinsabores dejó su última rueda de prensa.

Desde Llano Grande, expresidente y apoderados, presentaron pruebas para desmentir los cuestionamientos por los que fue llamado por la Corte. En la rueda de prensa se presentó lo de siempre: Uribe recitó lo que quiso y no contestó preguntas…

Cuando al Senador le preguntaron por su renuncia, se salió de la ropa para desviar el cuestionamiento, de la misma manera en que lo hacía, cuando siendo mandatario seccional echaba a gritos a periodistas del piso 12 en el 96. Al día siguiente aparecía, ingenuo y penoso a disculparse para reiterar la invitación a ayudar al gobierno…

Antes de las elecciones para Congreso en marzo pasado, un congresista me preguntó la razón por la que nunca entrevistaba a Uribe, me dijo que cuál era la circunstancia por la que no asistía a sus ruedas de prensa.

Le contesté a esa ínclita senadora que cuando tenía 24 años, haciendo un reemplazo de vacaciones me tocó cubrir Gobernación. Le dije que cuando veía a Uribe para entrevistarlo, yo un “culicagado” sin contexto, quedaba juagado en sudor por el susto al pensar que mínimamente descalificaría mis preguntas.

Con el Gobernador quedaba sudorosos, pero con su “súper secretario” quedaba envuelto en caca debido a que en una ocasión sacó en mi presencia para ponerla en su escritorio una nueve milímetros de entre los calzones: “qué quiere el señor periodista”, consultó.

A la congresista, durante un delicioso cafecito en el Centro Comercial Oviedo le agregué que 22 años después ya no me da tanto susto y el sudor se me ha quitado bastante, pero enfaticé que a Uribe, sólo le preguntaría cosas incómodas, situación que generaría más problemas conociendo la genética del expresidente.

Esa situación hace que la prensa antioqueña deba protestar por la manera en la que el Jefe Natural de Centro Democrático evita, como siempre, las preguntas de reporteros para después de una confrontación tenga que tragarse sin masticar y sin cuestionamientos lo que recita su fuente.

Por esa razón, el día que, por alguna circunstancia, me toque entrevistar a Uribe, sólo le preguntaré de caballos y potrancas y sobre alguna que otra poesía de Barba Jacob para evitar algún problema…

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.