Por: Carla Ospina
Hace unos años mi sobrina adolescente me preguntó ¿qué es normal en sexo? La respuesta de la tía cool sólo podía ser “lo normal es con lo que te sientas bien”. Imagínense ustedes que el joven (o adulto si fueron tardíos) con el que tuvieron sexo por primera vez hubiera tenido acceso al porno disponible hoy.
Según el canal sexual educativo al alcance de mi sobrina, lo normal es que una mujer practique una felación por cuarenta minutos; que un hombre sostenga una erección por cuarenta minutos y que a todos nos guste el sexo grupal entre cuarenta.
Consumimos porno porque está ahí, en las cadenas de whatsapp y online, consumimos por gusto o por represión. Los estados del cinturón bíblico de Estados Unidos tienen el mayor consumo de porno (búsquedas y pagado) y el conservador Misisipi gana en porno gay.
Tengo mis videos favoritos en Pornhub, y debo confesar que siento ansiedad cuando no los encuentro en la primera búsqueda, es envolatar a unos amigos fieles. No se sorprendan porque a las mujeres hetero nos excitan las escenas de sexo entre dos hombres, o sexo rudo, somos muchas las princesitas sangrientas.
El porno es placentero y puede ser utilitario, para autocomplacerse o para arrecharse antes o durante el sexo con la pareja. Pero me han dicho en estos días que el exceso de porno hace que al momento de estar con alguien de carne y hueso las expectativas sean muy altas o peor, “por estar tan pajiados uno ya no tiene ganas”. ¿En serio? Si les está cogiendo ventaja, solucionen.
Yo sé que mi sobrina no estaba esperando que el novio de 16 años supiera que hacer con el clítoris; así como sé que mi marido no espera que yo llegue esta noche con mi mejor amiga, a chupárselo entre las dos. Puede erotizarse con la idea, y si la idea le sirve para comerme mejor, pues que salga el lobo y lleve lo suyo.
Pueden estar a la moda y en vez de jugos verdes, hacer in detox de porno, un vipasana sin abrir los videos del grupo de amigos, observen si en el ensayo la pareja está como más feliz, con menos mal genio, entonces es por ahí y tocó ayunar de XXX. Eso sí a los que no nos afecta, ni las ganas ni las expectativas, déjenos con la dosis no tan personal.