viernes, abril 12, 2024

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BOLSA DE LECHE

Nunca me ha gustado la leche, en mi época sólo había dos clases, leche y leche en polvo; ahora hay leche de soya, de almendras, descremada y deslactosada, enriquecida, orgánica, supongo que creerán que esta columna va hacia la leche y dónde depositarla o cómo tragarla. Pero el título es bolsa de leche, no leche.

La primera vez que oí el término bolsa de leche asociado a cuerpos sexuados fue de boca de un Lolito, sí, también hay Lolitos: hombres jóvenes que se pasean con su hermosura como si no fuera con ellos, provocando a mujeres mayores con esa naturalidad tan seductora. Pero los Lolitos son para otra columna, aunque si estás leyendo esto Lolito, venga que sí es para eso.

El caso es que este Lolito explicó una situación diciendo: estábamos en mi cama y yo sólo pensaba que parecía una bolsa de leche, moviéndose como una bolsa de leche, blanca y blandita.

El cuerpo tipo bolsa de leche volvió a surgir como tema en redes y déjenme decirles: si uno está teniendo sexo, así se debe ver y mover un cuerpo. No sé si fue Hollywood y su representación de un sexo inmaculado y limpio, sin sudor siquiera, lo que nos generó estos síndromes y nos obsesionó con que nada se mueva. La piel, señores y señoras, se mueve, la carne se mueve. Los fit van a brincar diciendo que para eso entrenan, pues deberían hacerlo para tener a alguien que les mueva todo eso, incluido el 16% de IMC que tanto se esfuerzan en conseguir.

Nos acostumbramos a tetas postizas que no se mueven, no caen, no cuelgan, no nada. Nos acostumbramos a broncearnos o echarnos autobronceador porque así se ven más firmes los muslos. Como eso es lo que vemos en películas y en la vida, se alteró nuestro gusto y hasta en el porno preferimos lo soft/suave, el porno impoluto, producido, con luces para que nada esté fuera de lugar.

Lo que vale la pena es lo que se mueve y que nadie está pendiente de esconder, disimular o controlar a unos senos bailarines, donde una barriga masculina esté haciendo la presión adecuada a un cuerpo de mujer, donde todo es tan sucio como la mente de los deseantes. Sexo donde estemos fuera de lugar, con la luz prendida para que se vea más blanca la piel de bolsa de leche, que se vea la carne oscilar de un lado para otro, según el ritmo del momento, ¿muslos firmes? Firmes en abrirse y en moverse como si no hubiera un mañana. Seamos esas bolsas de leche a punto de cuajarse tras un orgasmo…

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