En un restaurante donde acudí para participar en una reunión de trabajo tuve la oportunidad de apreciar dos ilustres comensales en el lugar.
En un extremo estaba el aspirante a la Alcaldía de Medellín Juan Carlos Vélez Uribe quien logró un 4,4% en la pasada encuesta de Invamer. Estaba acompañado de varias personas entre ellas allegados a la Vicepresidenta Marta Lucia Ramírez, quien anda en la USA presentándole credenciales a su “presidente” Donald Trump.
Al otro lado estaba César Hernández que en la misma medición logró un 0,8% de intención. Estaba acompañado de dos personas, una periodista bastante conocida y de un ciudadano preocupado cualquiera…
De inmediato me fui a saludar a ambas mesas. En la mesa de Vélez Uribe pregunté: -¿cómo vamos, qué hay de nuevo, qué hay para contar, para decir?…
-Nada, recogiendo firmas, situación que está bastante dura, además que esto todavía no ha empezado, respondió el exsenador y excandidato a la Alcaldía.
Luego fui a la mesa de César Hernández quien saludó: -¿Qué más Benjumea? Que el tipo supiera la putería que me da que me saluden por mi apellido, debido a que me acuerdo de un profe del colegio que no quiero ni mierda, mejor se hubiera quedado callado.
-¿Cómo le va?, respondí, además que repliqué: -¿cómo vamos, qué hay de nuevo, qué hay para contar, para decir?…
¡Qué tipo tan velludo, de pelo grueso de elefante y negro! Le nacen por toda parte y por lo que alcancé a ver se tiene que afeitar mínimo cada doce horas desde los párpados. Por lo que alcancé a identificar, Hernández hace parte de los habitantes de la Playa Baja del Fajardismo donde pernoctaban Alonso Salazar y Jefferson Miranda, entre otros.
Conversamos un momento bastante agradable y de la encuesta manifestó que no le preocupa, que sigue trabajando en la consecución de firmas para avalar su campaña. Eso sí, advirtió, que está con la mente abierta para adherir o llegar a consensos con otros candidatos si se presenta la oportunidad.