Varios integrantes de Centro Democrático continúan preguntándose quienes serán los copartidarios que se mueren de las ganas de que el senador y orientador natural de la tolda Álvaro Uribe se retire definitivamente a sus cuarteles de invierno.
Desde hace días al interior de la colectividad no paran los “cuchicheos” tendientes a conocer los militantes del partido de derecha que le han recomendado a Uribe retirarse de la actividad pública y política para que se dedique a montar a caballo, regar flores y a cargar a los nietos en Llano Grande en Rionegro.
El asunto es que algunos uribistas argumentaron que es necesario, por varias razones, un retiro como “símbolo de grandeza” con el propósito de evitar cargar el desgaste que implica la desfavorabilidad del Presidente Iván Duque que no ha dado pie con bola, y que vive de desacierto en desacierto como el anuncio del gobierno a través del Ministerio del Trabajo que radicará, posiblemente, en el Congreso de la República una nueva Reforma Pensional.
La propuesta de los uribistas que quieren jubilar a Uribe, como era de esperarse, le cayó a más de uno como pedrada en ojo, empezando por el mismo expresidente colombiano.
Según el mismo jefe de jefes, no está interesado en retirarse por ahora, máxime cuando la comunicación entre congresistas, dirección del Partido y el Gobierno de Duque no es la mejor.
Además, Uribe deberá estar alerta si se tiene en cuenta que la izquierda democrática anunció el inicio de conversaciones con la intención de crear un supuesto bloque entre Sergio Fajardo, Jorge Robledo y Humberto De La Calle con el fin de elegir un candidato presidencial para las elecciones del 2022.
