viernes, julio 26, 2024

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PUDO SER PEOR

Las elecciones en Colombia se han convertido en un verdadero salto al vacío. La casi total desaparición de los partidos políticos, la ignorancia política del pueblo colombiano, la corrupción y los intereses particulares de los poderosos han hecho que elijamos casi a ciegas a los mandatarios.

El fenómeno es nacional y en todos los cargos. Hemos elegido inexpertos, ególatras, fanáticos, en fin, y en la mayoría de los casos costosos desaciertos desde lo social y económico que casi nos ha llevado a ser desahuciados como Nación.

Medellín no ha sido la excepción, los últimos alcaldes han sido excelentes publicistas, vendiendo la ciudad como la “de la eterna maravilla”, cuando en realidad los cinturones de pobreza aumentan cada vez más y la violencia de todo tipo cobra la vida de los habitantes de la otrora pujante Capital de la Montaña.

El ambivalente hace parte del gran mar de desaciertos electorales de los paisas, con excepción de los 900 encuestados para la consulta Pulso País, realizada para una emisora capitalina que después de publicar los resultados publicitó dos nuevos diales radiales suyos en la ciudad, digo que, con excepción de esos encuestados, pocos medellinenses darán una calificación de 8.0 en una escala de 10.0 a Quintero.

Sin embargo, pese a la mala elección, parece que la buena fortuna acompañó a la ciudad, y lo digo no por el buen desempeño de Daniel “El Travieso”, sino porque de los dos candidatos opcionados en la contienda electoral del año anterior, repito un rotundo asunto de suerte, esta vez ganó el menos malo.

Tuve la oportunidad de escuchar las declaraciones de Alfredo Ramos Maya, el candidato del Centro Democrático en las pasadas elecciones a la Alcaldía de Medellín, y que hoy por esas bondades de la democracia es concejal de la ciudad, y definitivamente pudo ser peor.

¡Qué falta de expresión!; ¡Qué miopía política!; ¡Qué pensamiento tan reduccionista! En la evaluación que hizo del desempeño en la atención de la pandemia del alcalde de Medellín, intentó crucificarlo, pero no hizo más que dejarlo bien parado.

Su discurso, memorizado, se quedó corto y a las preguntas de los periodistas, respondía con pequeños apartes del mismo, mostrando que no tenía nada qué decir de su controlado, a tal punto llegó la escasez del hijo del cuestionado Luis Alfredo Ramos, que la entrevista se vio cortada abruptamente. Alfredo Jr. No fue capaz de hacer una evaluación argumentada del desempeño del ambivalente. Siquiera quedó Quintero me dije, pudo haber sido muchísimo peor.

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Adolfo Ospina
Licenciado en Educación Español y Literatura de U de A, apareció hace unos 4 años a este proyecto. Especialista en pedagogía de la lengua escrita de la Universidad Santo Tomás, Ambientalista y defensor de los derechos de los animales, peor que Vallejo.