martes, abril 16, 2024

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VEINTITRES MIL MILLONES DE PESOS

En los últimos 20 años Medellín ha estado dirigido bajo los preceptos de administradores narcisos, personajes ellos que han hecho de su cargo en la alcaldía el espejo donde proyectar su vanidad, la “Orchestra” donde su coro de seguidores los veneran.

Esta nueva casta de administradores, bien puestos todos ellos, con manejos impecables de las cámaras y los medios de comunicación, han dejado sin rumbo a una ciudad cuyo destino es incierto, en el entendido que las políticas que se adelantan se reducen a cuatro años y a las necesidades de los mandatarios. Capítulo aparte merece el Concejo de la ciudad que ha entregado su protagonismo de la manera más vulgar, aislándose de la comunidad y siendo el comité de aplausos de los mandatarios de turno.

Al Cesar lo que es del Cesar, el padre de esta debacle administrativa tiene nombre propio: Sergio Fajardo Valderrama, el exalcalde de la ciudad y exgobernador de Antioquia que hábilmente le ha hecho creer al país sus excelentes dotes administrativas.
Fajardo creó un santuario de adoración en su nombre, y para eso usó los recursos de la ciudad: colegios de última tecnología (a punto de caerse), parques bibliotecas (que no tenían un libro), mostrencos de la construcción que crearon el escenario perfecto para la actuación del que dijo que “no se perdía un peso”.

Y como cereza de la decoración escenográfica, la Biblioteca España, 11 mil millones de pesos invertidos para perpetuar la imagen del mandatario, 11 mil millones de pesos invertidos para crear un monumento a la vanidad de un alcalde.

Inaugurada en 2007, el parque biblioteca España ha tenido serios problemas estructurales, a tal punto que en 2013 fue cerrada de manera definitiva: 11 mil millones de pesos suspendidos en el tiempo simplemente para alimentar la megalomanía de Fajardo.

Hoy después de 14 años de inaugurada y 8 de cerrada, la biblioteca España, la de Fajardo, la construcción emblema de la corrupción, pretende ser habilitada de nuevo por la administración de Quintero, con una inversión que cuesta el doble de lo que valió su construcción: 23 mil millones de pesos (23.000’000 000).

Según parece la orden de habilitar la biblioteca España, viene directamente de la Contraloría pero el cómo se haga y a qué costo, de la Alcaldía. La semana anterior la gerencia de proyectos de la alcaldía de Medellín, convocó a miembros de las comunidades para socializar el proyecto, además de exponer el valor invitó a los participantes a proponer nombres, pues había que borrar del colectivo la imagen de la corrupción.

Ni uno ni otro. Por un lado una inversión tan alta en un momento de crisis financiera es un total despropósito, pero además es importante que los habitantes de la ciudad y los visitantes recordemos las cagadas de nuestros mandatarios, quien quita que en algún momento de la historia hagamos una elección consciente.

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Adolfo Ospina
Licenciado en Educación Español y Literatura de U de A, apareció hace unos 4 años a este proyecto. Especialista en pedagogía de la lengua escrita de la Universidad Santo Tomás, Ambientalista y defensor de los derechos de los animales, peor que Vallejo.