Una amiga me puso una queja hace un par de días. Con los lagrimales funcionando me dijo que la competencia femenina era arrasadora para los pocos hombres que hay en la ciudad.
Dijo que entre los pocos “machos” disponibles existe un alto porcentaje de homosexuales vergonzantes que aún no han salido del closet y que los restantes, que son muy pocos, no quieren comprometerse. Verdad verdadera…
Medité sobre el asunto y tiene razón la pobre huérfana. Existen pocos hombres y esos pocos le huimos a una mujer con ganas de marido, por lo menos a estas alturas del partido cuando se tiene un matrimonio encima. ¡Caer en lo mismo no lo perdonaría jamás! Esa empresa, está más que demostrado, es caduca, obsoleta y paquidérmica, no funciona y por bien que a uno le vaya es muy duro…
También medité sobre qué será y cómo será el mundo de los homosexuales. Nunca he visto un marica arrepentido, o un ex marica, un ex cacorro. ¡Ay no, me arrepentí!, nunca he escuchado eso. Algo tendrá eso de “mágico” porque también es cierto que esa forma de vida es un viaje sin regreso…