La condecoración que le otorgará la Sociedad Antioqueña de Ingenieros, “SAI” a Álvaro Villegas Moreno, dueño de la constructora Lérida CDO, la misma que ejecutó el proyecto de Space, el conjunto residencial que tuvo que ser demolido por mal construido, constructora que tiene gran número de sus construcciones en revisión por los problemas estructurales, deja ver muy claramente la doble moral de la dirigencia paisa.
No tiene presentación que el presidente de una empresa cuyos últimos proyectos han sido un fracaso, que además ha mostrado su deshonestidad al pretender demandar al Municipio de Medellín por la demolición del monumento a la irresponsabilidad y al mismo tiempo se muestra soberbio al momento de atender a las personas que gracias a él vieron afectado su patrimonio, sea condecorada por un gremio que se las quiere dar de prestante y autoridad en la materia.
Estas actitudes de los gremios básicamente demuestran que no les interesa en lo absoluto los ciudadanos del común, que lo que les interesa es mantener su estatus y el estatus de sus miembros.
Grosero el acto de la SAI, completamente irrespetuoso con los engañados por ellos mismo, en el entendido que Villegas fue el director de esa asociación y es el dueño de la constructora que cometió errores estructurales en sus edificios que llevaron al desalojo y las posteriores demoliciones y que gracias a eso y otras perlitas (como las de Fajardo Moreno), dejan en entre dicho la ingeniería y la construcción en la ciudad.
Mientras tanto los compradores y habitantes de los apartamentos construidos por Lérida CDO, tocan puertas entidad tras entidad, buscando quien les solucione en alguna medida su problema.
Qué triste que en Medellín, la capital del más educado, donde “todos por la vida” las personalidades más connotadas (no olvidemos que Villegas fue gobernador), la crema y nata de la dirigencia, se premien mutuamente, incluso por vivenciar ese dicho ancestral que tanto mal le hizo a nuestra región: “mijo consiga plata honradamente, o si no, consiga plata mijo”.
