A varios de los empleados y contratistas de la Personería de Medellín les adelantaron desde comienzos de marzo la pasión de Semana Santa.
La llegada de Guillermo Duran Uribe tiene a más de un contratista comiéndose hasta la madre de las uñas por la sencilla razón que el nuevo Jefe del Ministerio Público ha dicho públicamente que no tiene deudas ni debe favores a ningún concejal porque no pertenece a ningún grupillo burócrata o hueste de cacique político.
Que buena garantía son las afirmaciones de Duran Uribe, después de la salida del buen Rodrigo Ardila que pasó por la Personería sin pena ni gloria porque el Ministerio se adormeció después de Jairo Herrán Vargas, que por lo menos tuvo la sensatez de cuestionar al mandatario del momento. Ardila nunca salió de esa cueva en donde metieron el Ministerio Público que mantiene a sus funcionarios con afecciones respiratorias por la pésima ventilación que tiene, sin contar el dolor en los huesos por el aire acondicionado al 100%.
Como Guillermo Duran Uribe, no pertenece a ningún cuartel político y tampoco tiene deudas con el nuevo Alcalde, deberá presentar óptimos resultados en lo que se refiere a investigaciones disciplinarias contra servidores y funcionarios del orden municipal.
La Personería de Medellín debe recobrar el rumbo y su misión, y en vez de hacer pedagogía sobre Derechos Humanos, también es importante, debe invertir la mayoría de su esfuerzo en supervisar el comportamiento de los empleados que administran esta urbe. Con el INDER y el ISVIMED puede empezar para que muestre resultados…
