viernes, diciembre 13, 2024

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NO MÁS EUFEMISMOS

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Corría el año 1984, cuando las FARC-EP y el Gobierno colombiano en cabeza de Belisario Betancourt Cuartas, después de una negociación, daban nacimiento a la Unión Patriótica, movimiento político con el que el grupo subversivo pretendía incursionar en la política y que en menos de 15 años fue exterminado gracias al asesinato sistemático de sus integrantes.

El exterminio de la U.P, fue declarado por la fiscalía de Colombia como crimen de lesa humanidad, pero más grave aún fue que el ente acusador evidenciara la relación entre altas esferas de la sociedad, la política y los empresarios con el genocidio:

“La más reciente decisión de la Fiscalía, de declarar como delitos de lesa humanidad los crímenes contra los miembros de la Unión Patriótica (UP), dejó al descubierto la alianza criminal que por más de 10 años se gestó entre las altas esferas de la sociedad, los sectores políticos y los militares para impedir el ascenso de un movimiento de izquierda que surgió como alternativa política al conflicto que se vivía en Colombia. Los paramilitares y algunos agentes del Estado terminaron por asesinar a dos candidatos a la Presidencia, ocho congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y 5.000 militantes de la UP que durante la década del 80 lograron un gran respaldo electoral”. (El Espectador oct-2014)

up2La historia parece repetirse después de más de una década. La cifra causa terror, en lo que va corrido del año 71 líderes y defensores de derechos humanos han sido asesinados, solamente en esta última semana cinco de ellos han sido ultimados y se han ejecutado atentados contra dos y como para completar lo que pareciera fuera el sino trágico del país, el Comandante de la Policía dice que no hay sistematicidad en los homicidios.

No nos llamemos a engaños, ni utilicemos eufemismos, en Colombia no hay enemigos de los procesos de paz, hay enemigos de la paz. Póngales el nombre o apellido que quiera, encasíllelos en el bando que mejor le parezca, utilice el remoquete que a su sabia decisión le acomode, en Colombia existe una clase social y dirigente que no está dispuesta a permitir la generación de procesos de reconciliación que nos faciliten un mejor avance como Nación.

Y como si fuera poco con ellos, millones de compatriotas que desconocemos la historia, somos víctimas del engaño, el odio y el egoísmo que los motiva, y avalamos y hasta aplaudimos el peligroso método de eliminar al contrario, mientras ellos, con sus fauces abiertas como hienas esperan al moribundo para acertarle la mordida final.

Si estos asesinatos selectivos de líderes sociales no se detienen a tiempo, Colombia volverá a repetir por tercera vez en 30 años el mismo ciclo: un gobierno de mano dura, un proceso de negociación, que nuevamente será infructuoso y volverá un gobierno de mano dura, nada descabellado, si se tiene en cuenta que uno de los candidatos más fuertes para las próximas elecciones presidenciales es el vicepresidente Germán Vargas Lleras, enemigo a ultranza de la guerrilla y que pese a ser parte del equipo de gobierno ha mantenido un cauteloso silencio frente al actual proceso de negociación con la guerrilla.

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Adolfo Ospina
Licenciado en Educación Español y Literatura de U de A, apareció hace unos 4 años a este proyecto. Especialista en pedagogía de la lengua escrita de la Universidad Santo Tomás, Ambientalista y defensor de los derechos de los animales, peor que Vallejo.