viernes, julio 26, 2024

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SI CONTAMINA, PAGUE…

Por: Luis Ernesto Rico

Hace un par de días el Valle de Aburrá afrontó una emergencia ambiental que significó la temida alerta roja que aplicó, por primera vez, restricción vehicular a seis dígitos durante nueve horas diarias por tres días consecutivos.

A parte de las molestias que significa eso, hay que preguntarse, ¿se salvaron vidas?, no hay reporte. ¿Mejoraron los índices de emisión de partículas PM2.5?, los reportes dicen que sí, apenas obvio…

Sin embargo, las preguntas que nos debemos hacer son otras: ¿esta medida es una solución de fondo? ¿Así es la forma como se puede descontaminar permanentemente el aire de Medellín?… La respuesta es un contundente NO, y la verdad no se necesita ser un experto para llegar a esta conclusión ni tener el estudio de universidad prestigiosa ni mucho menos las cifras de medición de la “eficiente” Área Metropolitana.

La explicación la da el sentido común: ¿cuáles son las fuentes de esta contaminación? Los expertos las ubican en dos grandes grupos, móviles y fijas, traducción: por un lado, los vehículos llámense carros, buses, camiones, motos, y por otro, las empresas contaminantes como fundiciones, ladrilleras, químicas, entre otras.

Entonces, ¿por qué estas medidas restrictivas tomadas por el gobierno no son la solución?, simple, porque no se están atacando las causas, no hay control del crecimiento del parque automotor, ni hay supervisión en la calidad del combustible que utilizan. Además, tampoco se está controlando la emisión de partículas contaminantes de las cerca de 200 empresas de alto riesgo que existen en la ciudad región.

De no contrarrestar las causas de la contaminación, es sólo cuestión de tiempo para que cualquier ciudad colapse. No importa qué se diga o qué se haga, son paños de agua tibia que desinforma a incautos en época electoral.

El pico y placa, traído a Antioquia por el ilustre doctor Fajardo, lo único que garantiza, es una muerte lenta y dolorosa puesto que, a la larga, lo único que consigue es empeorar el nivel de la vida de los ciudadanos.

En los últimos diez años se ha triplicado el parque automotor y Medellín está cerca de 1.4 millones de vehículos y será peor al punto que estaremos como en la capital del país. En Bogotá, por ejemplo, el pico y placa llegó a cinco dígitos y a 14 horas diarias. Las autoridades viendo la tragedia lo comenzaron a desmontar, pero, el daño ya estaba hecho.

En Ciudad de México, una de las urbes más grandes de América Latina, bajo el nombre de “HOY NO CIRCULA” aplica 17 horas la restricción, incluyendo los sábados, y en Beijín, en China, ni se diga, la contaminación es tan grande que es habitual que las personas salgan con tapabocas a la calle.

Las medidas tomadas en Medellín y el Valle de Aburrá no van a servir. No sean ingenuos en creer que esas restricciones traerán frutos porque las verdaderas soluciones están inventadas, pero no aplicadas en la ciudad región.

Hace dos años la Organización Mundial de la Salud lanzó el programa RESPIRA VIDA que incluye soluciones serias y viables que incluye redes para peatones y ciclistas, transporte público eficiente, vehículos sin hollín, endurecimiento de las normas sobre emisiones, zonas restringidas de acceso vehicular, traslado de fábricas y medición permanente de emisiones, además de la instalación de catalizadores y restricciones para el registro de vehículos nuevos.

Con regular el registro de vehículos a gasolina y ACPM, y beneficiar a vehículos nuevos, pero si son eléctricos, la calidad del medio ambiente mejoraría. Medidas como sacar de circulación vehículos que no cumplan las normas con el medio ambiente y limitar al máximo la circulación de automotores matriculados fuera de Antioquia que no cumplan normas y restringir el uso del carro particular en zonas como el centro de la ciudad y La Alpujarra, además que exigir el traslado de fábricas contaminantes a zonas donde tengan un menor impacto, daría buen resultado.

Los gobernantes deben aprender de ejemplos exitosos como los evidenciados en Estocolmo y Helsinki en lo que tiene que ver con medidas reales para la descontaminación ambiental. Un principio básico que aplican estas ciudades: “el que contamina paga”…

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.