miércoles, noviembre 6, 2024

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CERO Y VAN 75

El próximo 7 de agosto se posesiona el Presidente número 75 de la República de Colombia, Iván Duque. Apellidos tan conocidos como Santos, Uribe, Gaviria, Lleras, Michelsen, Pastrana, López, entre otros pocos, redundan en los anaqueles de la historia colombiana, bien mandando en cabeza ajena bien en propia.

Y al parecer los mismos siguen manteniendo su hegemonía en el país, adueñados de nosotros como nuestros capataces, nos han hecho pensar que sin ellos el país no es viable, que son necesarios para nuestra subsistencia, algo así como el antivirus para el virus que ellos mismos han creado.

No existe una razón que explique por qué taxistas, que tienen jornadas de 15 y más horas de trabajo, obreros a los que el día se les va hasta las 10:00 de la noche sin ninguna remuneración adicional, profesionales que tienen contratos por 3 meses a los que les toca pagar su propia seguridad social y que carecen de reivindicaciones tan válidas como unas vacaciones o unas cesantías, profesores a los que después de Samper sólo les han traicionado los compromisos adquiridos, una razón que explique el miedo de la población por el cambio de apellido de su siguiente presidente, es decir para Colombia es mejor malo conocido que bueno por conocer.

Y los mismos con sus mismas mañas, para emular un poco el lenguaje del balompié tan de moda en este momento de fiebre mundialista, cambiaron la táctica pero no la estrategia y a fe que les dio resultado.

Nos hicieron pensar que la clientela electoral desaparecía, que los grandes caciques regionales -y nacionales- desaparecían del escenario político y que la lucha sería entre dos ideologías que en gracia de discusión cambiarían la forma pero no el fondo de las políticas económicas y sociales que imperan en nuestro país.

No fue así. De nuevo ganó la maquinaria y los apellidos de siempre tienen el gobierno, con una diferencia al actual momento, la oposición será una exigua minoría frente al 70% que consolidan ellos en el Congreso de la República.

Y lo que se viene será más de lo mismo: ya han aplazado la discusión sobre la reglamentación de la JEP, lo que implica que aquello de querer hacer trizas el acuerdo de paz es en serio, y con ello renovar la condena al pueblo colombiano de vivir en medio de un conflicto salvaje y para el gobierno Duque será muy fácil, pues según Alicia Arango, su gerente de campaña, tienen gobernabilidad, que no es lo mismo que mermelada, pero se le olvidó a la señora Arango anotar que para lo primero es necesario lo segundo.

Sorprende aún más que todavía haya colombianos aplaudiendo al nuevo gobierno y diciendo “nos salvamos de volvernos como Venezuela”.

Adolfo Ospina
Licenciado en Educación Español y Literatura de U de A, apareció hace unos 4 años a este proyecto. Especialista en pedagogía de la lengua escrita de la Universidad Santo Tomás, Ambientalista y defensor de los derechos de los animales, peor que Vallejo.