Me invitaron a un desayuno con “calenta’o” que ofreció la empresa Rápido Ochoa que este mes de julio cumple sus primeros 60 años de existencia bajo el mando de la segunda y tercera generación de esa familia paisa que se dedicó al transporte de carga y pasajeros por todo el país.
Digiriendo las “viandas”, los oferentes hablaron de los detalles de la conformación de la empresa familiar y de las líneas estratégicas o pilares que los rigen con el propósito fundamental de prestar un bien servicio a sus usuarios.
Lo que empezó como un desayuno común y corriente lleno de información corporativa de empresa privada con ánimo de lucro, se tornó más interesante cuando la presidenta de la organización Luz Inés Ochoa se refirió a los problemas financieros que sufrieron entre los años 98 y 99 cuando los ataques guerrilleros estuvieron a puro furor.
Rápido Ochoa padeció, en casi dos años, la incineración de 186 vehículos y el asesinato de varios conductores quienes en algunas ocasiones fueron amarrados a las trompas de los buses para quemarlos.
Luz Inés Ochoa no titubeó en manifestar que lo mejor que le ha pasado al país fue el Acuerdo entre las FARC y el Gobierno de Santos, sin dejar de reconocer que la presión ejercida por el expresidente Álvaro Uribe fue fundamental para llegar al desarme de la guerrilla.
Por su parte, la señora Luz Inés, admitió que las aerolíneas de bajo costo le hicieron daño al transporte terrestre en un 25% de utilidad anual, aspecto que generó el diseño de nuevas rutas y la optimización del servicio para cautivar el usuario.