viernes, julio 26, 2024

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GUAPA Y AGRADABLE

Tuve la oportunidad de conocer la candidata a la Alcaldía de Medellín por el Partido Verde Beatriz Rave.

Esa oportunidad la tuve después de la entrevista que le hicimos con dos colegas más en el programa “Contrapunto” que se emite todos los lunes a partir de las 9:00 de la noche por el Canal Local Telemedellín.

Después de la entrevista nos quedamos los colegas Bertica Gutiérrez, el tocayo Rubén Darío no sé qué, Beatriz y yo echando cháchara en el parqueadero del canal.

Entre la mamada de gallo que es lo único reconfortante de la actividad política se tocaron puntos, que, a mi parecer, son algunas de las características de la actual campaña electoral.

A Beatriz no la conocía, ni en foto tan siquiera, y sin temor a equivocarme, refleja todo lo contrario de algunos de sus copartidarios integrantes del Movimiento Compromiso Ciudadano: ¡humanidad!…

Y lo digo de esa manera porque algunos integrantes de ese cuartel estuvieron convencidos que no lo son, que por el contrario vienen de otro mundo. Por fortuna, después de 12 años de permanecer en el escenario público y político se dieron cuenta que, por atrás, también les sale lo mismo que a cualquier ciudadano promedio.

Después de hablar un buen rato con Beatriz Rave, me pareció inteligente, es guapa y agradable, condiciones fundamentales para asumir una campaña electoral, eso es un avance…

Sin embargo, Beatriz como el resto de los candidatos están recitando casi lo mismo, no hablan de nada novedoso en su discurso que pueda generar percepción, y más aún, recordación de sus propuestas. Eso fue lo aprendido de su jefe Sergio Fajardo, que no dice nada, no se compromete con nada y no denuncia nada dizque para no polarizar.

El reto que tiene La Rave, además de cautivar es convencer, asunto que con el desprestigio de los políticos es bastante difícil…

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.