viernes, julio 26, 2024

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VOLADORES MOJADOS

Los integrantes del Partido Conservador en Medellín y Antioquia están más perdidos que embolatados con respecto a la campaña electoral de octubre próximo.

Para Alcaldía no saben qué camino coger, y para Gobernación, les aguaron la fiesta porque si se toman la foto con Aníbal Gaviria les meten una doble militancia especialmente a los conservadores que fungen de congresistas, diputados y concejales.

Lo claro fue que los conservadores se enredaron y la campaña seccional se les convirtió en un desbarajuste y enredo después que la Dirección Nacional del Partido le concediera a Juan Camilo Restrepo el aval para su campaña.

Y digo enredo porque el Concejo Nacional Electoral, CNE, inadmitió la solicitud que hizo el Directorio Departamental Conservador para que le retirara el aval al hoy candidato a la Gobernación Restrepo Gómez.

De acuerdo con el alto tribunal las únicas causales para retirar dicho aval a Restrepo tienen que ver con el fallecimiento del aspirante, la renuncia a la candidatura o alguna inhabilidad del candidato, asuntos que no son del caso.

Juan Camilo ha reiterado que está más vivo que nunca, que no va a renunciar y que no tiene ninguna clase de inhabilidad que le impida aspirar a la Gobernación de Antioquia.

Aunque el mismo Restrepo se metió en el discurso que ganará las elecciones del 27 de octubre, eso no podríamos asegurarlo, pero lo que sí es una certeza, es que mojó los voladores a los conservadores integrantes de corporaciones públicas debido a que no podrán hacer campaña frontal con Gaviria.

El exdirector de AUGURA, sostuvo que no pondría ninguna clase de queja ante el Consejo Nacional Electoral por posible doble militancia, pero no falta el ciudadano preocupado que tenga su celular listo para darle dedo a quien se atreva a dejarse ver junto con el exalcalde en temporada electoral.

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.