viernes, julio 26, 2024

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TODOS GANAMOS

Los resultados arrojados por las elecciones realizadas el pasado 27 de octubre son un enorme paraguas en el que todos los protagonistas de la vida política del País pretenden pasar el chaparrón que se les debería venir encima.

Todos ganaron, todos perdieron y en ese juego macabro, las cosas siguen iguales. Los análisis no pasan de un mapa coloreado por “conquistas”, y una sumatoria de victorias y derrotas.

El decorado, que no es nuevo, del escenario político de Colombia da grima. El desprestigio de los partidos y movimientos sumado al acabose de los dos grandes caudillos, da entrada a un sinnúmero de nuevas figuras que como perdigones se clavan en las necesidades de la población.

Las elecciones territoriales ratificaron lo que ya se veía venir, el fin de la era Uribe, 20 años a la sombra de uno de los personajes más controvertidos de la historia reciente de nuestro país han llegado a su fin, como lo habían diagnosticado los historiadores.

Así mismo se evidenció que el partido creado para y por Uribe no es nada sin él, lo que significa que ese partido se irá desvaneciendo como un atardecer.

Algo similar, pero con un poco de más proyección se ve venir para Petro y su “Colombia Humana”. Para tristeza de muchos, entre los que me incluyo, el líder de izquierda surtirá el mismo destino de su antagónico, con una diferencia enorme, la tarea parece le quedó pendiente.

Pareciera que Gustavo Petro fue incapaz de, aprovechando su alta popularidad, sembrar semillas capaces de retoñar en la aridez política nacional, en otras palabra no se avizora ni a mediano ni largo plazo, quien sea capaz de continuar con el duro proceso iniciado por él.

Se vienen entonces los de centro y los independientes, extremos mesurados, muchos por desgracia pretendiendo quedar bien con dios y con el diablo, haciendo alianzas con oportunistas que conocen el juego del poder y compran sus almas.

Existen en la humareda del otro, pero como ellos carecen de principios férreos que los incentiven a generar proyectos de largo aliento que nos ayuden a salir de este infierno socio-político al que no han llevado.

Por la inmediatez de sus proyectos difícilmente piensan en periodos más largos que los de su mandato, conllevando esto a peligrosos fracasos.

Como nota al margen las recientes elecciones revelaron una imperiosa necesidad de restructurar el sistema electoral, no es posible que en las elecciones donde se escogen los representantes más inmediatos de la población, los grandes ganadores sean el voto en blanco, los anulados y los tarjetones no marcados. Algo sucede con esa mecánica electoral que seguramente le conviene a algunos.

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Adolfo Ospina
Licenciado en Educación Español y Literatura de U de A, apareció hace unos 4 años a este proyecto. Especialista en pedagogía de la lengua escrita de la Universidad Santo Tomás, Ambientalista y defensor de los derechos de los animales, peor que Vallejo.