viernes, abril 19, 2024

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ACLARACIONES NECESARIAS

La senadora Paloma Susana Valencia Laserna, protagonista de primera línea del glorioso partido Centro Democrático, ha reavivado un viejo reclamo que nunca ha desaparecido y que con el eco que hace el “cuñis”, en la emisora radial que dirige, busca crear otro caballito de batalla que permita la permanencia del moribundo movimiento político.

Esta vez la caucana, nieta de Guillermo León Valencia, el político y poeta, quien en algún momento dijera «no era rico, porque la libertad de los esclavos llevó a la bancarrota la industria minera de mis abuelos; vivíamos, por tanto, con provinciana modestia, en un viejo caserón payanés, de esos genuinamente españoles, ajenos a todo ornamento y mueble superfluo.”, arremetió contra la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, FECODE, por la reticencia del sindicato a volver a las aulas de clase.

La senadora, que se ha dado a conocer más que por su trabajo legislativo por su defensa escandalosa de su mentor el “Ex”, ha tildado en repetidas ocasiones a los maestros de vagos, adoctrinadores y enemigos casi que personales del hoy reo.

La más reciente andanada de agravios contra el gremio docente de parte de la Senadora se dio en un rin muy familiar para ella, la emisora dirigida por el concuñado de la esposa del actual presidente de la República quien además es un “cargabanderas” del actual gobierno.

Pretende la ínclita opinadora, además, del “equilibrado” programa radial “La Hora de la Verdad”, que la opinión pública ataque de nuevo a los maestros por “vagos”, sin embargo, olvida varias “cositas”, que en un intento desprevenido intentaré recordarle:

En primer lugar, el coronavirus generador de la enfermedad del covid19, no fue traído y mucho menos inventado por los docentes colombianos, al contrario, hemos sido quizás uno de los sectores poblacionales más afectados por el deficiente sistema de salud que nos cobija, peor quizás que el general. Adicional a esto, no somos responsables –los maestros- del pésimo manejo que el gobierno del “incapaz” ha hecho de la pandemia.

En segundo lugar, cabe recordar que la labor docente no se ha suspendido en ningún momento, por el contrario, se ha incrementado a razón de doble jornada por día y de siete días a la semana, ya que en un afán –en mi opinión desenfrenado e insensato- la gran mayoría de docentes de Colombia ha intentado llegar a toda la población estudiantil, sin importar hora o día. Para entender la magnitud del ejercicio docente en época de covid19, simplemente hay que recordar que la población que accede a la educación pública es la más carente de recursos, lo que significa que no tiene conectividad ni herramientas cuando el docente o el horario institucional dispongan.

En tercer lugar cabe recordarle a los lectores y ojalá sean aquellos que desconocen las verdaderas circunstancias actuales de los docentes, que el modelo virtual de educación presentado con bombos y platillos por la Ministra de Educación y secundado con el mismo escándalo por la Secretaria de Educación de la ciudad, está financieramente soportado por los maestros que han puesto sus equipos de cómputo y su presupuesto familiar de manera bondadosa al servicio de la educación pública, renunciando con esto incluso a su intimidad, pues han convertido salas de casas, comedores y habitaciones matrimoniales en aulas de clase, y sus números de teléfono así como sus planes de telefonía, están al servicio de la Institución Educativa donde laboran. (Debe decirse que, en las instituciones públicas de Medellín, sólo permitieron líneas de teléfonos móviles a partir de junio de 2020).

Ni un centavo ha reconocido el Ministerio de Educación o la Secretaría de Educación de Medellín a los docentes, pero sí exigen con exactitud suiza un reporte de búsqueda de escolares que hayan desertado. Se ha lavado tanto las manos el gobierno municipal y nacional (para evitar el contagio), que en la negociación del pliego se solicitudes que se llevó a cabo desde el mes de julio, se presentó una solicitud de un auxilio de conectividad que ayudara a sobreaguar la difícil situación de muchos profesores, y la respuesta fue una negativa contundente.

Pero no sólo el bolsillo de los maestros públicos se ha visto golpeado, las condiciones laborales sufrieron una estocada que con sospechosa, pero generosa disposición atendió el gremio: en el periodo de declaratoria de cuarentena total, decretaron las vacaciones, fue el único sector de empleados públicos que por obligación del patrón tuvo que pasar sus vacaciones en un encierro absoluto.

Y en un acto que pareciera ser de retaliación contra los docentes de Medellín, que al igual que los de todo el país, han sacrificado muchísimo para continuar con su labor, la Secretaría de Educación de la ciudad declara la Semana Santa (decretada nacionalmente como semana de desarrollo institucional y que los maestros, como todos los empleados públicos “pagan” en unos sábados específicos) del año 2021 como semana de vacaciones. Es decir, ahora las vacaciones serán cuando el patrón de turno (en este caso patrona) diga sin importar el objetivo del derecho.

No senadora Valencia, es posible que usted esté viendo una oportunidad de oro para crear un caballito de batalla con el cual dar oxígeno a su moribundo partido. Es muy posible, igualmente, que se le abran los ojos al ver una forma de privatizar la educación pública con su propuesta de bonos escolares, pero la realidad es que en nuestras espaldas no caerá la responsabilidad de expandir de manera peligrosa el virus en el sector más vulnerable de la población colombiana: los niños y jóvenes (léase la inclusión por favor) de las instituciones educativas públicas de Colombia.

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Adolfo Ospina
Licenciado en Educación Español y Literatura de U de A, apareció hace unos 4 años a este proyecto. Especialista en pedagogía de la lengua escrita de la Universidad Santo Tomás, Ambientalista y defensor de los derechos de los animales, peor que Vallejo.