martes, octubre 8, 2024

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“THE COALITION SHOW”

Bastante movida ha estado la agenda pública los últimos días por la permanente mezcolanza que contiene política, elecciones y estrados judiciales.

Nunca había visto tan bravo al integrante de la nueva Coalición Centro Esperanza, Sergio Fajardo quien confrontó al Contralor General de la República, “Pipe” Córdoba calificándolo de politiquero por pretender inhabilitarlo para bloquear su aspiración presidencial.

Fajardo, en la peor pelea que graduó con “Pipe”, fue enfático en manifestar que no está inhabilitado, que seguirá en campaña y que está dispuesto a llegar a instancias internacionales, galácticas y celestiales para hacer valer la verdad…

El asunto tiene mucho de largo y ancho, Fajardo podrá hacer campaña, pero no se tiene certeza en los tiempos del Consejo de Estado que en la actualidad adelanta el control automático y judicial del fallo en segunda y última instancia de la Contraloría que ratificó su inclusión entre las 26 personas y empresas responsables fiscalmente de la emergencia de Hidroituango por 4,3 billones de pesos.

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Lo otro, menos importante, es que Fajardo recibió el apoyo por ese caso por parte de los integrantes de la “coalición viejitos” que participaron del cónclave el pasado fin de semana en el que se tomaron dos importantes decisiones de impacto nacional: uno, incluyeron a Alejandro Gaviria y a Ingrid Betancur, y, dos, agregaron la palabra CENTRO entre Coalición y Esperanza.

Así las cosas, incluido Gaviria, el bueno, participará también en la consulta el 13 de marzo del 2022 junto a Juan Fernando Cristo, Juan Manuel Galán, Fajardo, Carlos Amaya y Robledo quien trató de malparidos a los “Galán”, pero sin mucha repercusión.

El otra “coalition show” es Pacto Histórico que por estos días anda en tremenda pelotera en su interior por la llegada del exalcalde, exgobernador y aspirante presidencial Luis Emilio Pérez Gutiérrez a quien Gaviria, el malo, le cerró las puertas del Partido Liberal.

El malestar de Pérez es debido a que, el “Guaquero de Risaralda” porque se encontró la Presidencia en un entierro, no aceptó su propuesta de apoyar, como líder de un partido progresista, participar en un proceso electoral con Pacto Histórico, coalición en la que actualmente Gustavo Francisco tiene mayorías.

Lo cierto es que con el apoyo o no del “Guaquero de Risaralda”, Luis Pérez cayó a Pacto Histórico generando malestar entre algunos de sus integrantes quienes palabras más palabras menos, califican al exmandatario local y seccional de haber tenido relaciones con el uribismo.

Evidenciado el malestar, inmediatamente “el sabio” Gustavo Pachito tuiteó:

En Pacto Histórico, que también participará de la consulta popular en el mes de marzo del próximo año hacen parte el favorito “Tavo Pachito”, Luis Fernando Velasco, Francia Márquez, Camilo Romero y Roy Barreras.

Eso sí, Barreras y Velasco se encuentran medio enredados por la sencilla razón que podrían caer en una investigación por doble militancia. Roy no renunció con un año de anterioridad a la consulta popular en marzo de 2022 y Velazco todavía es senador por el Partido del “Guaquero de Risaralda”.

La tercera coalición fuerte que también escogerá candidato único en las consultas de marzo del año entrante es “Equipo por Colombia”, un grupo de centro derecha que llamaron inicialmente “Coalición de la Experiencia” en la que participan los exalcaldes Fico Gutiérrez, Enrique Peñalosa y Alejandro Char; la exgobernadora Dilian Francisca Toro; y los godos David Barguil y Juan Carlos Echeverri.

Finalmente se encuentra solo, sólo con parte de su partido, no en su totalidad, el candidato uribista del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga quien, lo más seguro y sensato es que adhiera más adelante a otra campaña debido a que en este momento, dadas las circunstancias políticas del gobierno del presidente Duque, no ayudan para participar del poder en las próximas justas presidenciales.

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.