jueves, mayo 16, 2024

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“EXPARAS POR ALLÍ, EXPARAS POR ALLÁ”

Tras conocerse las declaraciones del exjefe del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, en las que involucró al exalcalde de Medellín, exgobernador de Antioquia y actual candidato a la presidencia Luis Emilio Pérez Gutiérrez, la campaña “COLOMBIA PIENSA EN GRANDE” emitió un comunicado en el que enfatiza que esa versión no es cierta.

En el texto del comunicado se explica que: “lo de Otoniel es un refrito” y niega alguna relación o amistad hace 15 años con algún desmovilizado de las AUC.

Dice el comunicado, sin fecha, ni firma que: “Entre 2004 y 2016 Luis Pérez no fue empleado público. Luego de salir de la alcaldía de Medellín en 2004, la ciudad fue sede de los desmovilizados en la presidencia de Álvaro Uribe”.

Además, explica que: ”Luis Pérez tuvo reuniones ocasionales, normales y legales con desmovilizados que se lo solicitaban; y que en esa época eran todos legales y recibían salario mensual de la alcaldía de Medellín en cabeza de Sergio Fajardo o de Alonso Salazar. Es probable que Luís Pérez se haya reunido con más de 300 desmovilizados como lo hizo con miembros de las Farc desmovilizados en 2019”.

Las declaraciones de “Otoniel”, acusaron a Luis Pérez de reunirse en varias ocasiones con otros paramilitares integrantes del Clan del Golfo, incluido él.

Durante las audiencias con la JEP, “Otoniel” aseguró, que el candidato presidencial fue cercano a Henry de Jesús López, alias “Mi Sangre”, narcotraficante extraditado a Estados Unidos en 2016, condenado a 30 años de cárcel por tráfico de cocaína.

Los cuestionamiento contra Luis Pérez por posibles nexos con paramilitares datan de hace muchos años por obvias razones. Al terminar su administración le entregó en noviembre de 2003 al nuevo alcalde Sergio Fajardo la prueba piloto de la desmovilización de los “paras” que empezó en Medellín.

La presencia del Bloque Cacique Nutibara que filaron en el viejo Palacio de Exposiciones con uniformes nuevos, pero con armas viejas, fueron la prueba de fuego para el señorito, también candidato presidencial a quien la remontada no le remontó.

Fajardo, alcalde entre 2004-2007, recibió con pereza ese encarguito puesto que le tocó ingeniárselas para sacar adelante esa desmovilización de los forajidos a quienes no sólo el país, sino también el resto del mundo y en especial Estados Unidos le tenían los ojos encima.

Sergio y su secretario de gobierno Alonso Salazar se crearon el programa de Reincorporación a la Civilidad que dirigió Gustavo Villegas, el mismo que nombró Fico Gutiérrez como secretario de seguridad que terminó involucrado por movimientos no muy sanos.

Gustavo, recibía a diario exparas a diestra y siniestra junto con su comunicador Fernando Soto, “El Aguatero”, el mismo que le sostuvo el vasito de agua a Salvatore Mancuso durante el discurso cuando estuvo de paso por el Congreso de la República, vendiendo la importancia de la desmovilización paramilitar.

Paralelamente, los exparas, sin rumbo, sin plata, inmersos en la legalidad crearon la Corporación Democracia, organismo a través del que pretendieron canalizar contratos con el establecimiento para la generación de empleo y capacitación para los casi mil muchachos que habían dejado las armas.

Eso fue un despelote, porque políticamente hablando los exparas estaban bastante divididos debido a que, en el 2007, plena campaña a la alcaldía, unos estaban apoyando el candidato Salazar, el de Fajardo, y, los otros, a Luis Pérez. Qué le pregunten a Luis Carlos Piedrahita que fue director de dicha corporación a ver que dice…

Lo cierto es que esa fue, más o menos, la Medellín de la primera década del nuevo milenio. Exparas por allí, exparas por allá, quienes posiblemente estuvieron, o han estado siempre detrás del poder.

Desde aquella época ya lo hacían más cerca del Estado, del gobierno, sus relaciones con las instituciones públicas fueron más que evidentes, al punto que cualquiera pudo haberse tomado una foto o compartido un café con uno que otro desmovilizado de las autodefensas en cualquier punto de la Alpujarra.

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.