Inició el proceso de inscripción de candidaturas tanto al Concejo como a la Alcaldía del creado distrito de Medellín, y con este periodo arranca la esperanza de elegir lo mejor para la ciudad de la eterna primavera o lo que en otrora llamamos la “tacita de plata”.
Con un partidor en el que se cuenta quizás con más candidatos que electores, algunos más inquietos que otros inician la selección de propuestas de aquellos candidatos que recogen una mejor visión de ciudad, otros, menos acuciosos o dependientes del acontecer político y administrativo, dejarán para el último mes de campaña su decisión sobre en quien depositar su voto, definen si lo harán por propuestas o como voto castigo en contra de algunas de las tendencias que se vienen abriendo paso en la ciudad donde no registran los partidos tradicionales.
No ha sido fácil para la ciudadanía de Medellín sopesar la actual administración de la ciudad. Desde su inicio se ha visto envuelta en diferentes escándalos de corrupción en el que se encuentran involucrados muchos de sus más cercanos colaboradores, estos sin contar con la puerta giratoria dado la constante rotación de personal en todos los puestos de manejo tanto en su nivel central como en entes descentralizados.
Las administraciones de la ciudad de Medellín en los últimos 20 años fueron encomendadas a mandatarios que al llegar al piso 12 del CAM trataron de construir sobre lo construido, fortalecieron el vínculo Universidad – Empresa – Estado, alianza que en gran parte logró posicionar a la Medellín de hoy. Lastimosamente el saliente alcalde Quintero se dedicó a buscar peleas en diferentes espacios, creando un clima de polarización en la ciudad.
La polarización política que vivió Medellín durante los últimos años por cuenta del alcalde Quintero es como un juego de ping-pong, en el que las ideas se golpean sin llegar a un punto medio. Todo esto dificultó que la ciudad avanzara, se perdió tiempo valioso en disputas y confrontaciones en lugar de buscar soluciones conjuntas.
Sería genial si en estas elecciones Medellín recupera su rumbo, elegir un alcalde que deje de lado sus diferencias y trabaje unido con todos los actores de la sociedad, juntos por el progreso de la ciudad.