jueves, febrero 13, 2025

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TIRO AL BLANCO N° 220

A la Secretaria de Integración Social de Bogotá, Teresa Muñoz, le queda perfectamente la publicidad de un banco que explica que “Usted puede estar en el lugar equivocado”. Y es que muchos se preguntan qué estaba haciendo “La Tere” en Bello participando supuestamente de un acto político en el que se promovía la revocatoria del mandatario bellanita, Carlos Muñoz, en vez de estar sorteando los problemas de la capital de la república.  
Lo cierto es que muy mal parados quedaron tanto “La Tere” como su hermano el Concejal de Bello, León Fredy Muñoz, promotor de la revocatoria. A Teresa el Concejo de Bogotá a través de varias bancadas políticas le tramitan una moción de censura por la pésima gestión que ha demostrado durante el tiempo que lleva en el cargo. De acuerdo con el cabildo bogotano, “La Tere” es un desastre. No da pie con bola y los programas sociales van para el piso como lo reflejan los resultados. En la misma corporación aseguran que la sacarán por la puerta de atrás del Palacio de Liévano puesto que la sindican de dejar sin alimentación escolar a más de 200 mil menores de edad.
Además, por su participación en el acto de Bello, la pobre “Tere” se encuentra en la mira de la Procuraduría General de la Nación que la podría inhabilitar y sacar del escenario público y político supuestamente por infringir el Artículo 48 del Código Único Disciplinario y el Artículo 127 de la Constitución Política, que prohíbe a los funcionarios públicos participar en política.
Detrás de la revocatoria de mandato del Alcalde de Bello, que lidera el hermano de “La Tere” y Concejal de ese municipio integrante del Partido Verde, León Fredy Muñoz huele feo. Entre los intereses de este par de hermanitos existe intentar nuevamente ganar la alcaldía bellanita con Teresa Muñoz, quien en el año 2011 fue candidata, pero no resultó electa, sin contar otras quemaduras de epidermis durante campañas a la Asamblea de Antioquia y Cámara de Representantes.
Entre los comentarios y rumores que se escuchan en Bello es que Teresa Muñoz, actual Secretaria de Integración Social de Bogotá maneja un presupuesto cinco veces superior al del municipio de Bello, pero lo grave del asunto es que argumentan que la funcionaria supuestamente está desviando recursos para la financiación de la iniciativa de la revocatoria del mandato del actual alcalde que lidera su hermano.
Los comentarios van y vienen. Lo cierto, es que en el caso de Concejal León Fredy Muñoz le tocará sortear varias denuncias por injuria y calumnia que están tramitando en su contra, específicamente cuando se refiere a «la forma cómo se vienen robando a Bello»
Incomodidad existe entre los empleados, especialmente periodistas del periódico El Colombiano con la salida intempestiva de los colegas Germán Manga quien se desempeñaba como editor general y Luis Fernando Ospina como editor de opinión.
Aunque la salida de Manga estaba anunciada debido a que Martica Ortiz, la directora, no lo soportaba, la planta de soldados rasos tiene bastante incertidumbre porque no se sabe qué va a pasar con la Mesa Central del periódico. Esa tal Mesa Central suena a guerrilla o paramilitares, pero no.
El Colombiano tiene una estructura jerárquica periodística bastante particular. El Editor General o cabeza de la redacción se encuentra por encima de los Macro Editores, quienes a su vez se paran en los Editores, uno del área metro, otro para actualidad, otro para tendencias, un gráfico y otro para la edición en Internet. Pues estos resignados muchachos andan con la coca bajo el brazo esperando pacientemente que Martica ladre para entender lo que pasará en el futuro.
Lo cierto es que tanto a Germán Manga como a Luis Fernando Ospina los sacaron del periódico porque no generaban confianza. El primero cuota de Fabio Valencia y Juan Gómez y el segundo cuota de Ana Mercedes Gómez exdirectora de esa casa periodística. ¡Anita, como te extrañamos!…
La salida de los periodistas Germán Manga y Luis Fernando Ospina generaron comentarios en el interior del periódico El Colombiano.
Aunque no pertenecía a los afectos de la nueva directora, Germán Manga era poco apreciado entre sus subalternos por su fama de marrullero y lagarto al pretender “meter” notas periodísticas de sus amigos. Además, lo acusan de ser pésimo titulador y de cambiarlos a su amaño. Tanto era la resistencia que le tenían en la dirección que lo anularon y permanentemente lo desautorizaban, no lo dejaban opinar y hasta lo trataban mal. Mejor dicho le pasó lo mismo que Yidis Medina. ¡Yidis que se devuelva!, pero Manga pa’Bogotá…
Otros de los comentarios es que no se nombrará nuevo Editor General, debido a que Martica revisa todo, así no sepa. Dicen inclusive, que en ese periódico no sale un error sin que ella lo analice, y puede ser verdad, porque está preparando la segunda entrevista exclusiva con Uribe. El pecado de Luis Fernando Ospina fue no caer bien en la nueva dirección y tener la bendición de Ana Mercedes, situación que desde la llegada de Ortiz generó desconfianza. 
A otro fajaralonsista que despacharon por mal trabajador fue al Subsecretario de Espacio Público de Medellín, Gabriel Jaime González García, preparado en las escuelas de educación no formal de la Alianza Social Independiente, ASI.
González, cuando ingresó a la Administración Municipal durante el gobierno de Salazar se volvió inalcanzable, tanto, que puso otra puerta antes de ingresar a su oficina para evitar el contacto con el pueblo, con la plebe. Pues ese dulce se le puso a mordiscos después que se conociera que le andan realizando una auditoria exprés a su despacho. Por algo será, dicen en la Alcaldía.
Gabriel Jaime González, quien recibió la notificación de despido el 12 de agosto pasado, no hizo nada. Su gestión fue muy regular en la Subsecretaría de Espacio Público al grado de pecar por omisión frente a las vacunas y extorsiones que se presentan en el centro de la ciudad especialmente.
No entendemos tampoco como quiso ser Representante a la Cámara por la ASI en el 2010. Su trabajo político es deficiente al grado que nunca logró cumplir los citatorios en el Concejo de Medellín, porque no tenía quien lo defendiera de la jauría integrada por la oposición. Paz en su tumba…
A propósito de la Alianza Social Independiente, ASI, está casi que definida la aspiración del expersonero de Medellín Jairo Herrán Vargas, el jefe de jefes, como aspirante a la Cámara de Representantes por esta colectividad.
Hace un par de días me encontré con tres tristes tigres, el Concejal Luis Bernardo Vélez, el Presidente de la ASI, Alonso Tobón y otro que no recuerdo su nombre. Juro que estaban conspirando en una de las mesitas del Café de los Andes en Plaza Mayor.
Junto con el colega Luis Fernando Ramírez, Director de Despierta Antioquia, con quien daremos sorpresas a la audiencia en el departamento, fuimos a saludar. Vélez y Tobón, no demoraron un segundo en ratificar que “ASI” no tengan fuerzas, se la meterán toda a la campaña de Herrán.
Los aspirantes al Congreso de la República tienen lista toda la artillería para competir en las elecciones de marzo de 2014. Es el caso de Mauricio Zuluaga Ruiz aspirante a la Cámara de Representantes y el jovencísimo vallecaucano Carlos Fernando Motoa Solarte, quien pretende continuar en el Senado.
Estuvieron, juntos, recorriendo el departamento como padre e hijo para oficializar su fórmula dentro del Partido Cambio Radical en Antioquia, bajo la bendición del máximo orientador Germán Vargas Lleras.
El Administrador de Empresas Mauricio Zuluaga ha hecho política entre las huestes del liberalismo desde hace más de 30 años. Fue Diputado de Antioquia, Concejal de Medellín, Senador de la República y Representante a la Cámara.
De acuerdo con Zuluaga Ruiz, el trabajo político lo dedicarán al Área Metropolitana y a la zona de Urabá. Integran su grupo de trabajo entre otras personas, Luis Guillermo Mesa, Miriam Chamorro, Alonso Arcila y María Camila Aristizabal.
Entre algunas de las enfermedades mentales que causan horror se encuentra la esquizofrenia, ese diagnóstico psiquiátrico en personas que padecen alteraciones y trastornos en la percepción de la realidad.
En otras palabras, el esquizofrénico, no es de este mundo, y por el contrario, vive en una completa alucinación, ven cosas y escuchan voces. Aunque después de enterarme de un caso en particular me llamaron para que no publicara las fotografías y datos precisos sobre el asunto, no puedo guardarme totalmente el secreto.
Hace un par de días en una Clínica de la ciudad adelantaron una intervención quirúrgica fuera de lo normal. A una persona enferma mental le extrajeron de su estómago una candela, un cuchillo, dos lápices y un lapicero. Además, le extrajeron una llave metálica de boca abierta fija que se había introducido por la nalga. Vi las fotos de la cirugía y las radiografías que me dejaron más loco que el operado.
Conocer algunos detalles sobre salud mental hizo que esta clase de enfermedades llamara más mi atención. Entre los archivos del DAS, hace unos 15 años aproximadamente existe una historia con la que podría producirse una excelente película.
Hace unos 15 años empezaron en un municipio del Urabá antioqueño a presentarse una serie de asesinatos que llamaron la atención de las autoridades por la tipología y la manera en que iban apareciendo los cadáveres. Todos eran degollados…
Al principio la policía explicó lo mismo que hace cuando no tiene pistas: son casos aislados, materia de investigación. Los muertos tenían ciertas características. Eran jóvenes de sexo masculino entre los 18 y 30 años de edad, asesinados a cuchillo siempre después de la 1:00 de la mañana.
Después de siete asesinatos, las autoridades empezaron a realizar el respectivo seguimiento, con el fin de dar con el responsable de la supuesta limpieza social que se estaba presentando en esa localidad. Los occisos tenían una particularidad que los unía entre sí. Eran muchachos trasnochadores y bohemios que la pasaban de fiesta en fiesta que terminaban consumiendo algún porrito de marimba en una esquina, ese era su pecado.
Don Juan de profesión zapatero, uno de los mejores hombres de esa localidad tenía que ver con todo el mundo. Le arreglaba los zapatos al cura, a las mojas, al alcalde. Buen padre de familia y esposo entrañable, nunca dejó de cumplir con su deber, de pagar la escuela y el colegio de sus hijos, una menorcita de 7 años y un varón de 20, quien había iniciado la universidad.
En alguna ocasión el hijo mayor estudiante de Derecho en la capital salió a divertirse con unos amigos. Entrada la madrugada y de regreso a su casa prefirió irse pegado a un insignificante varillo para relajarse un poco. Julián despertó a los tres días en el hospital, había sido víctima de cuatro puñaladas y un profundo corte de franela que no lograron quitarle la vida.
Pasaron un par de meses y se presentó el octavo asesinato de un muchacho gay de 25 años que cogieron mal parqueado, borracho y drogado en la zona de lenocinio del municipio. Las autoridades lograron obtener más detalles y pistas puesto que el asesino al escapar dejó caer el arma, inmediatamente empezaron los operativos.
Los investigadores tenían la certeza de quien era el culpable de los asesinatos de la localidad que tenía atemorizada a la población. Una mañana de domingo cuatro agentes del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, capturaron a Don Juan el zapatero del pueblo.
En el interrogatorio le preguntaron: -¿Es usted el responsable de todas estas muertes? -sí yo soy, dijo Don Juan con tranquilidad. -¿Por qué?, interpeló el fiscal, -porque Dios lo ha pedido, respondió…
Por: Adolfo León Ospina Mejía
El oportunismo de los políticos colombianos no deja de asombrar, el último suceso que ejemplifica esto es la reacción ante el fallo del Tribunal Internacional de Justicia sobre el litigio entre Colombia y Nicaragua por los límites en el mar Caribe. Según los expresidentes, la culpa de haber perdido este litigio es del actual presidente de Colombia, el doctor Juan Manuel Santos, desconociendo el peso de la historia reciente en este conflicto jurídico.
Es en 1980, durante la presidencia de Julio Cesar Turbay, cuando Nicaragua declara unilateralmente la nulidad del tratado Esguerra-Barcenas que había sido firmado en 1928. En el 2001, cuando el presidente de Colombia era  Andrés Pastrana, Nicaragua interpone ante el Tribunal Internacional de Justicia una demanda contra Colombia en relación con la controversia de límites, basada en la soberanía de una  nación sobres su territorio y la delimitación marítima entre los estados. En 2007, durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, la corte se declara con jurisdicción para resolver el litigio, cerrando el caso en lo referente al Archipiélago de san Andrés, Providencia y Santa Catalina, pero dejándolo abierto en lo concerniente a los límites.
Como se observa en el brevísimo recorrido histórico los presidentes que más involucrados se vieron fueron Pastrana y Uribe, el primero un presidente que sumió al país en 8 años de retroceso, en los primeros cuatro no dejó trabajar al que en ese momento ostentaba el poder, el doctor Samper y en su gobierno no hizo absolutamente nada por qué recordarlo, claro está, a diferencia del despeje del Caguán. Del segundo expresidente que se vio involucrado, es mejor no mencionar nada para evitar herir susceptibilidades en los lectores. Lo cierto es que hoy ambos se rasgan la vestiduras por esa franja de mar, y estoy casi seguro que ninguno de los dos sabe siquiera a que se refiere el fallo en cuanto a componente geográfico de la nación, incluso bien dudoso es que siquiera conozcan las islas.
Los expresidentes mencionados han sido los mayores críticos a las medidas adoptadas para no acatar el fallo y para defender lo indefendible, porque a Colombia no le queda más que intentar que no se pierda más de lo que ya se le ha entregado a Nicaragua.
El verdadero dolor de los expresidentes es no ostentar más la presidencia de la república, y han visto en este caso una oportunidad en bandeja de oro, (no de plata), la forma de amagarle la presidencia a otro que no debe ser diferente en su actuar, pero que en este momento ostenta el cargo que ellos quisieran seguir desempeñando.
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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.