viernes, julio 26, 2024

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FUERA DE LA LEY

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La Directora saliente de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia, Comfama, María Inés Restrepo de Arango escribió una columna en el periódico El Colombiano en la que expresa su tristeza por el fallecimiento de su maestro y empresario Nicanor Restrepo Santamaría de quien resalta las enseñanzas en lo referente al “trabajo social y empresarial” en pro de los más pobres.

En la columna con una redacción sencilla que raya con la mala escritura, Restrepo de Arango utiliza la palabra “cambalache” para referirse a la necesidad de “cambiar el dolor, por el servicio”. Ver UNA LECCIÓN: “CAMBALACHE”

En lo personal me gusta más la letra del tango “Cambalache” compuesto en 1934 por Enrique Santos Discépolo que la mediocre analogía que Restrepo de Arango hace con esa palabra para demostrar a los círculos de poder en donde se mueve, que aunque protegida de Nicanor no le aprendió nada, y por el contrario, lo que hizo fue manosear su nombre y hacerlo quedar mal ante la opinión pública con su cuestionada gestión al frente de la Caja.

En cierto modo hay que aceptar que María Inés Restrepo y su staff de colaboradores tienen una relación directa con “Cambalache”, no con lo que escribe la Dama, sino con la letra del tango con que se identifican a la perfección: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante sabio o chorro generoso o estafador”.

Pobre difunto. Incomprensible que la señora María Inés Restrepo se atreva a promulgar que sus prácticas empresariales fueron las aprendidas del recién muerto. ¿Qué pensará la familia de Nicanor sobre las presuntas irregularidades que se intentan tapar en Comfama?

Pero Discépolo sigue teniendo la razón: “No hay aplazaos, ni escalafón, los inmorales nos han iguala’o”, sin desechar que “es lo mismo el que trabaja noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata que el que cura o está fuera de la ley”…

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.