viernes, julio 26, 2024

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SALGA MEDIA HORITA ANTES

t2Es la expresión que más se oye hoy en Medellín a raíz de los infinitos trancones que se viven en la capital de la montaña.

La ciudad del Metro, del metro plus, de las calles bien pavimentadas, presenta un problema de inmovilidad comparable únicamente con el de aquellas urbes que por su tamaño y densidad demográfica son incapaces de generar espacios de tránsito fluido.

El asunto es que Medellín es una ciudad chiquita, demasiado pequeña para que un desplazamiento entre uno de los sectores de ella y el centro se demore lo que hoy se demora. A los medellinenses, acostumbrados a salir holgadamente con 45 minutos de anticipación a la hora de llegada, nos ha tocado modificar nuestra costumbre, “hoy hay que salir media horita antes”, pues ni el uso del metro garantiza cumplimiento.

La respuesta de las autoridades es “que tengamos paciencia, que el gran número de obras que se adelantan en la ciudad la proyectarán como la gran urbe que todos sueñan” y mientras tanto trabajadores, empleados, estudiantes, en fin, ven como el tiempo que dedicaban a sus familias, a sus actividades de ocio se ve reducido, pues no hay forma de llegar.

Definitivamente, la megalomanía de nuestros dirigentes es la que ha hecho de las suyas en estos últimos periodos de gobierno, claro sumada al falso amor que los habitantes de la ciudad tenemos por ella.

Grandes obras de infraestructura vial se han construido, para la muestra citar por ejemplo el puente de la cuatro sur. Una imponente construcción de cuatro carriles por costado, que mide apenas 560 metros de longitud y que lo único que logró fue un desembotellamiento en esa distancia, pues al salir de él nos encontramos de nuevo con vías colapsadas, de un carril por dirección. Eso sí, la inversión fue millonaria, el despliegue publicitario innombrable y la funcionalidad… intranscendente.

Las obras que se adelanta actualmente en Medellín, garantizarán recordación de los alcaldes que las construyeron, pero poca o ninguna solución al problema real que generó su construcción y lo peor, posiblemente empeoramiento del problema, pues cuando empiece el deprimido de los tan cuestionados parques del río a inundarse, la única autopista que circulaba con alguna fluidez en la ciudad, colapsará.

A la inmensa cantidad de obras realizadas simultáneamente y la vertiginosa velocidad de los contratistas que trabajan en horario bancario, hay que sumarle la enorme ineficiencia de la Secretaría de Movilidad, en cabeza de su Secretario Omar Hoyos, incapaz de generar un plan de contingencia para el momento caótico que en materia vial, atraviesa la ciudad. Impensable por ejemplo cambiar giros y dirección de vías, o generar contra flujos en horas pico, o suprimir algunos semáforos en el mar de los que entorpecen la movilidad.

Claro, la creación de un plan así, que debería ser la razón de existir de tal Secretaría, no generaría multas que es lo que le interesa a la de Medellín.

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Adolfo Ospina
Licenciado en Educación Español y Literatura de U de A, apareció hace unos 4 años a este proyecto. Especialista en pedagogía de la lengua escrita de la Universidad Santo Tomás, Ambientalista y defensor de los derechos de los animales, peor que Vallejo.