viernes, julio 26, 2024

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HAMBURGUESA A DOCE CUOTAS

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Corría el año 2012 y tanto este portal como sus periodistas cargábamos la “letra escarlata” de ser uno de los medios de nicho más despreciados de la comarca, especialmente por los integrantes de la Alcaldía y Gobernación de turno, por la sencilla razón de haber publicado en la campaña electoral de 2011, notas que no fueron del agrado, pero de repercusión nacional.

Pasaban los meses y después de hacer el lobby correspondiente para que por lo menos no nos miraran feo, logramos hablar con varios de los integrantes del gobierno municipal del exalcalde Aníbal Gaviria Correa.

Uno de los influyentes funcionarios nombrados a dedo fue Juan Camilo Quintero, quien tuvo varios cargos en la anterior Administración. Con el beneplácito del excanciller del Concejo de Medellín, Bernardo Ruiz logré reunirme con ese hombrononón de “un hogar para la vida”.

Nos reunimos en la cafetería del Cabildo. Media hora echó cantaleta, que imprudente, que grosero, que altanero, irrespetuoso, burletero, que ellos son políticos decentes, transparentes y respetuosos de la Ley de Dios porque van a misa cada ocho días en la Catedral Municipal y se toman fotos con monseñor. (Me consta).

Uno de los reclamos hechos a los reporteros de esta web tiene nombre propio: Alirio de Jesús Rendón, alias “El cebollero”. En el mes de octubre de 2011, durante la recta final de la campaña hace cuatro años larguitos logramos obtener la fotografía de “El Cebollero” con Aníbal Gaviria Correa, candidato en ese momento a la Alcaldía de Medellín.

La fotografía fue tomada en la época en que el mismo Gaviria fue candidato a la Gobernación de Antioquia. La publicación de la foto impactó los medios nacionales y el mismísimo Aníbal tuvo que dar explicaciones sobre las presuntas relaciones que tuvo con ese señor oscuro.

Pero la moralidad a estos “magos” les dura solamente en campaña. Cuando llegan al poder se les olvida el valor y el respeto que debe tenerse por los dineros púbicos, que, como decía otro saltimbanqui, son sagrados.

En diferentes viajes internacionales que emprendió Juan Camilo Quintero con el propósito de promocionar “la ciudad más innovadora” se benefició con una de las tarjetas de crédito empresariales de Plaza Mayor.

Con todo el derecho tuvo los correspondientes viáticos por esa loable causa de salir a otros países para hablar bien de Medellín, pero lo reprochable es que Quintero utilice su tarjeta de crédito empresarial para pagar una cajita de Chicles Adams. Eso se paga con la menuda.

Quintero compró dos hamburguesas a crédito, una de 20 y la otra de 15 mil pesos diferidas a 12 meses con una buena adición de intereses, ¿eso es decencia? Ver documento

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.