A Su Excelencia, Eminencia Reverendísima, Señor, Doctor, Don Alejandro le cambiaron los dientes y vino a mostrarlos a Medellín.
Eso fue lo que aseguró una de las transeúntes la semana anterior por la populosa Avenida Junín, pleno centro de Medellín al apreciar al destituido exprocurador general de la nación Ordoñez Maldonado, quien estaba rodeado de algunas viejitas rezanderas que se le querían colgar del cuello en ese calor tan “hediondo” de 10:30 de la mañana.
Varias personas querían saludar a Don Alejandro, una excelente y perfecta reencarnación de Benito Mussolini por retrogrado, facho y peligroso que pretende alguna posibilidad para llegar a la Presidencia de la República en las elecciones de 2018.
Para fortuna de los colombianos ni sus hijas votarán por él. Dicen los que saben que en muchas ocasiones sus progenitoras, que bien bonitas son, han tocado los labios de algunos hombres, aspecto que pone en desgracia y riesgo esa aspiración presidencial. Además, sus noviecitos han aclarado que cuando han abrazado esas lindas muchachas se han presentado una que otra erección involuntaria, pero siempre lo han hecho pensando en el rostro de Nuestro Señor Jesucristo para eximir cualquier culpa…
Mientras Don Alejandro continuaba su caminata por Junín un imprudente ciudadano preocupado mencionó: ¿qué putas hace ese desgraciado aquí? Una viejita pelimorada de las que en el rostro evidencia que jamás en su vida tuvo un orgasmo, casi lo tiene con Don Alejandro. Cogió del brazo a “Torquemada” y se lo llevó para el tradicional Salón de Té y dulces con el fin de disfrutar de un moro y evitar así los “moros en la costa” que se estaban envalentonando por la presencia del personaje…
