En el mes de septiembre visitará Medellín el Jefe del Estado Vaticano, el Papa Francisco que además de traer “esperanza”, (no la Gómez), generará un gasto de unos $25.000’000.000 (veinticinco mil millones de pesos) que pagaremos los contribuyentes del país.
Los cuestionamientos por los gastos que se generarán el 9 de ese mes, día en que “Pachito” ofrecerá la misa papal para los antioqueños en inmediaciones del Aeropuerto Olaya Herrera, no se han hecho esperar.
La diferencia hay que hacerla, una cosa es Francisco como Jefe de Estado y otra muy distinta como representante de Pedro en la tierra y líder de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, bastante cuestionada por la bacanal que se descubrió hace un par de meses en el Vaticano para no contar sus crímenes durante la era cristiana.
Como líder de una religión cada quien verá en que cree, pero como Jefe de Estado, la Iglesia como institución, cuenta con el suficiente resorte financiero para que pague los viajes internacionales de “Su Santidad”, máxime cuando visita estados laicos que nada tienen que ver con creencias religiosas.
Pero bueno, más de uno deberá estar pensando que estoy blasfemando y que lo más seguro es que me caerá un rayo o que la tierra me tragará. A lo hecho, pecho…
Lo cierto es que son muchos a los que ya no les funciona la “Doctrina Católica” y en ese sentido y en términos financieros algunos promotores y empresarios del turismo están bastante preocupados porque la visita del Papa no ha generado tanta expectativa como se pretendía.
En ciudades como Bogotá y Medellín no se han tenido las reservas hoteleras suficientes, situación que permite prever que la misa papal podría ser poco multitudinaria.
