Dos grandes son los pecados que tienen los políticos. El primero es que cuando logran su elección pecan por omisión, se pierden, no tienen tiempo y hay que hablar es con la secretaria porque el “dotor” está muy ocupado.
El segundo pecado es el exceso, pero sólo en campaña. En temporada electoral los políticos creen que todo “peo” que se tiran es publicable y de interés general además que están convencidos que hablan maravillas.
El problema y desequilibrio lo deben solucionar los asesores de políticos que también cometen graves errores en la promoción y difusión de contenidos, especialmente en la era de la tecnología de la información y las comunicaciones.
Abusan, no les da pena, y además, se les va la mano en la confianza especialmente en el envío de contenidos por whatsapp. Videos, tuiters, comentarios, enlaces y fotos de alta resolución son enviados permanentemente al punto que recalientan el dispositivo.
Para la muestra un botón. De la campaña de la fundamentalista María Fernando “La Vaga” Cabal, enviaron un correo masivo sin remitente que lo único que genera es pereza de leerlo.
Sin embargo hice el esfuerzo. La reflexión tiene que ver con lo efectivo o no de la estrategia que utiliza una señora que nunca escribe y que sólo aparece buscando adeptos en temporada electoral.
Difícilmente encontrará a alguien que vote por ella por fuera de Bogotá. Recuerden que el viejito Antanas obtuvo hace unos 8 años más de 9 millones de “Me Gusta” y sólo ganó en Facebook.
