La votación que logró el excandidato presidencial y nuevo designado Senador de la República Gustavo Petro es más que honrosa. Un poquito más de ocho millones de votos son el resultado del trabajo que lideraron varios asesores políticos entre los que se cuenta el argentino Ángel Beccassino, a quien conocimos hace unos 15 años intentando hacer milagros en la fallida campaña a la Alcaldía de Medellín de Jorge Mejía Martínez. En un país de godos no se puede hacer milagros…
Nadie podrá negar que las propuestas publicitarias y propaganda fueron bien logradas, y mejores que las realizadas por la campaña de Duque. Sin embargo, los petristas deben admitir que así hayan obtenido una admirable votación, Petro quedó de virreina y le tocará esperar 4 años más para barajar y determinar si las circunstancias políticas del momento le dan la oportunidad para echar suertes nuevamente.
Los seguidores de Gustavo estaban convencidos que iban a ganar en la segunda vuelta, pero descuidaron regiones tan importantes como Antioquia donde la reina es el uribismo que no pierde oportunidad para tirarle agua caliente a un izquierdoso. En Antioquia Duque logró casi un millón 900 mil votos, mientras Petro cerca de 600 mil sufragios.
La incomodidad del triunfo de Centro Democrático dejó tantos sinsabores que, por un lado, al mismo excandidato por la Colombia Humana en su discurso de la derrota se le olvidó agradecer el esfuerzo de su candidata vicepresidencial, Ángela María Robledo, y por el otro, la putería del congresista electo Gustavo Bolívar fue tan evidente que lo único que hizo fue echar madrazos en contra de los uribistas…