El próximo domingo 26 de agosto se llevará a cabo la consulta popular anticorrupción, con la que pretenden ponerle “tatequieto” a uno de los vicios más costosos y enquistados de nuestra sociedad.
Abanderada por un grupo de parlamentarios y exparlamentarios, la consulta pretende hacer a los colombianos desde un cuestionamiento tan populista como si está de acuerdo o no con rebajarle el salario a los congresistas hasta algunas tan profundas y serias como que haya cárcel para los corruptos, sin diferenciar entre servidores públicos y privados.
Ya Julio Cesar Turbay, durante su presidencia había sentenciado, muy a su pesar que “hay que reducir la corrupción a sus justa proporciones”, aceptando una relativa aquiescencia de gobierno con este delito.
Pese a lo bondadoso que parece ser la propuesta, mucho políticos y ciudadanos del común, han entrado a descalificarla, cuestionándola desde el origen hasta su “clandestino” fin, todos estos cuestionamientos emanados de voces de los políticos más politiqueros del país que ven en una eventual aprobación de algunos puntos de la consulta un monstruo de mil cabezas.
Pese a lo perverso que son, nadie puede negar la sagacidad de los políticos colombianos: hicieron de la corrupción su caballo de batalla en las elecciones presidenciales, alcanzaron que los planes iniciales de tiempo fueran modificados jurando un acompañamiento íntegro y decidido a la consulta logrando aislarla del contexto electoral, dejándola a la suerte de algunos idealistas que creen que esto puede cambiar.
Hoy la consulta, que requiere cerca de 12 millones 200 mil votos, pena por alcanzar ese umbral, que ya de por sí es alto, y como si fuera poco los de siempre han encapsulado a los promotores como enemigos del mecías, (que nada tiene que ver con religión alguna), manteniendo la polarización que logró consolidar el predominio de la derecha en el país.
Hay que votarla, hay que responder a cada una de la preguntas, yo votaré afirmativamente a seis de ellas, hay una que me parece más peligrosa que benéfica, pero la tarea hay que hacerla. Este 26 de agosto participe en la consulta anticorrupción.