A comienzos de los años 90 los que tuvimos la oportunidad de caminar por la cafetería de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia vimos en varias ocasiones a Germán Patiño ponerse más de una corbata.
Ese joven estudiante de comunicaciones y periodismo, con carita de Niño Jesús, empezaba sus primeros pasos, iniciaba sus andanzas al lado del finado Senador de la República por el Partido Conservador Manuel Ramiro Velásquez.
A Patiño desde que lo conocimos en la U de A, lo veíamos corriendo saliendo de clase por “Hello Kitty” con el afán de llegar a la sede política de “Los Pinochos”, ubicada en El Palo con Colombia.
Germancho, es uno de esos asesores que sirve hasta para remedio, siempre detrás del telón, gestionando y maquinando con el firme propósito de generar percepción en torno a su asesorado.
Después de más de 25 años de vida profesional como relacionista público, comunicador y asesor, Germán Alberto Patiño se tira al ruedo para competir por una curul en el Concejo de Medellín por el Partido Conservador, desde la que aspira promulgar los oficios de su tradicional equipo, el Progresismo Democrático.
Aunque Germán Patiño es bastante cercano a los actuales congresistas del conservatismo, su candidatura representa una línea independiente al interior de la colectividad.
Por esa aspiración, es que el aspirante al Concejo de Medellín renunció a la Dirección de Comunicaciones en la Contraloría General de Antioquia, decisión que le dará la oportunidad de aplicar, para sí mismo, lo que aprendió desde hace más de dos décadas en el escenario político: hacer una campaña política.
