viernes, julio 26, 2024

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CAMBIO POR CHINOS

Uno de los temas fuertes que hacen parte de la agenda pública a nivel nacional indudablemente es Hidroituango, proyecto que aportará, cuando empiece a operar, el 17% de la energía para el consumo del país.

Y el tema sigue siendo protagonista tras conocerse la suspensión del proceso que adelanta la Contraloría contra exfuncionarios y contratistas por causa de la recusación que presentó una exfuncionaria del exgobernador y aspirante presidencial, Sergio Fajardo.

Ese es el estilo de Fajardo, cuando la excontralora municipal Marta Cecilia Vélez lo investigó a él siendo alcalde y al difundo Juan Felipe Gaviria exgerente de EPM por el negociazo de Orbitel, por no confiar en la jefe de control fiscal solicitaron trasladar el proceso para Bogotá donde el entonces contralor de la república Julio César Turbay Quintero les archivó el proceso.

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Ahora, desde la capital del país se está hablando en el sentido que los viejos diseñadores e interventores de Hidroituango iniciaron el proceso de cesión del megaproyecto.

Desde Bogotá se filtró que EPM inició la respectiva negociación con los viejos constructores para proporcionar los mínimos traumatismo en su salida.

Lo claro es que los viejos se irán y llegarán nuevos constructores entre los que se cuentan algunos provenientes de la China que desde hace un par de meses están siendo evaluados por técnicos de EPM.

El asunto que hay que negociar es la manera en la que los constructores anteriores cederán el contrato para la terminación del proyecto que deberá ir a licitación pública.

Lo otro es el tiempo, andan del culo, y lo más probable, es que a partir de la otra semana se empiece a revelar cual será la carta de navegación para sacar Hidroituango adelante, pero con otro personal, cambio, que generará como mínimo seis meses más de retraso para la entrega de la obra.

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.