martes, junio 17, 2025

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EL SILENCIO HABLÓ Y FUERTE…

El desgaste del presidente es de mayor proporción, su narrativa que lo llevó al poder comienza a agotarse, la marcha revela un deterioro profundo de su capital político, uno que ni los discursos ni las publicaciones en redes sociales podrán recomponer fácilmente…

Escuche: SEMANA DIFERENTE

La marcha del silencio este domingo que recorrió las principales ciudades de Colombia representó un sacudón político al gobierno del presidente Gustavo Petro.

Más de 120 mil ciudadanos vestidos de blanco mal contados que salieron en Bogotá, Medellín y Cali entre otras ciudades, expresaron su repudio frente a los escándalos de corrupción, los abusos del poder y el clima de confrontación impulsado desde la Casa de Nari.

La manifestación se convirtió en un contundente mensaje que cuestiona la legitimidad de un presidente cada vez más en entredicho.

En la marcha estuvieron presentes no sólo sectores de oposición y partidos tradicionales, sino también ciudadanos de a pie, exsimpatizantes del petrismo, sectores de clase media y líderes de opinión que alguna vez creyeron en el proyecto progresista.

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La protesta es una alerta electoral para el Pacto Histórico, pues muchos, quienes marcharon ayer son votos en contra en las próximas elecciones. La calle habló, no desde el ruido estridente del odio, sino desde el dolor, la decepción y la dignidad.

Las repercusiones políticas contra Petro y sus muchachos no se harán esperar. El gobierno enfrentará una ciudadanía más vigilante, una opinión pública menos tolerante a los excesos y una oposición fortalecida por el respaldo popular.

Lo que parecía una base sólida de apoyo a Petro, empieza a resquebrajarse, no por la presión de las élites o los partidos, sino por la pérdida de la confianza en su promesa de cambio.

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La marcha del silencio no sólo fue una manifestación ciudadana, fue una lección que evidencia que Petro cada día pierde poder porque sin coherencia pierde legitimidad.

Petro enfrenta un nuevo escenario político tras la multitudinaria Marcha del Silencio. La movilización protagonizada por una ciudadanía diversa y pacífica envió un mensaje claro: el país está cansado de la confrontación y los discursos divisorios y polarizantes desde el poder.

El mensaje que Petro recibe es evidenciar una ciudadanía harta de la división y los insultos, el silencio no fue indiferencia, fue un grito contra los abusos y las extralimitaciones del gobierno.

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Las repercusiones políticas contra Petro tienen que ver con que el Congreso, los alcaldes y gobernadores ahora tienen mayor legitimidad para confrontar las reformas que no representan al país. La ciudadanía ya no le cree a un gobierno cada vez más desconectado.

Ni qué decir del desgaste del presidente. Su narrativa que lo llevó al poder comienza a agotarse, la marcha revela un deterioro profundo de su capital político, uno que ni los discursos ni las publicaciones en redes sociales podrán recomponer fácilmente. El silencio habló y habló fuerte…

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Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.