Abogado
El liberalismo históricamente ha sido el partido de las mayorías. Su ideario fue motor de las profundas transformaciones políticas y sociales que ha alcanzado el país. Eso no se puede negar.
Sin embargo, se ha vuelto reiterativo en la última década que luego de cada certamen electoral, salgamos los liberales a decir: ¡perdimos! ¿Hasta cuando seguirá el Partido Liberal perdiendo elecciones? Estoy seguro de que si seguimos como vamos en 15 ó 20 años desparecerá esta colectividad, sobre todo porque quienes queremos encarnar el relevo generacional sólo encontramos indiferencia de parte de la dirección nacional.
El partido no cuenta con una política institucional de administración, de gestión y desarrollo del recurso humano. No tenemos estrategia de internacionalización, no contamos con planeación electoral, carecemos de claridad y unidad ideológica, no hay un proyecto de adecuación a las nuevas exigencias de la población. En pocas palabras estamos frente a un partido obsoleto y decadente.
Desde luego, el partido por sí sólo no es responsable de esto, evidentemente el partido es sólo una idea, un ente ficticio que se mueve y actúa conforme a los designios de su dirigencia. El responsable de este gran desastre ante el que nos encontramos, es la militancia.
Si, porque la militancia liberal ha permitido que ejerzan el mando sujetos que no corresponden a sus expectativas ideológicas. Porque pretendemos hacer la profunda revolución social y cultural con un ejercito comandado por generales defensores del establecimiento, del “statu quo” Porque queremos cambiar el mundo pero no somos capaces de cambiar nuestro partido.
Es la hora de reconstruir el liberalismo, con el corazón abierto en palabra de voluntad y razón de sentimiento. Como dice el poeta, una mano mas una mano no son dos manos, son manos unidas. Une tu mano, a nuestras manos para que el mundo no esté en pocas manos, sino en todas las manos.
Si no actuamos, no llegaremos a ninguna parte. Todo seguirá igual. Convocamos a la transformación profunda y permanente del liberalismo, a la abolición de las viejas estructuras, a la construcción de un nuevo partido, un partido moderno, un verdadero partido. A la Carga!